Horas después de que se difundiera que se habría dictado una orden de captura internacional contra el obispo argentino Gustavo Zanchetta por supuestos delitos abuso sexual, el prelado ha querido aclarar que se trata de “una simple petición por parte de la Fiscalía”, pero, que “en ningún caso” se trata “de una orden ya dictada por la autoridad judicial competente”.
Así se asegura en un comunicado firmado por Javier Belda Iniesta, profesor ordinario de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Murcia, representante canónico y portavoz de Zanchetta.
Supuesta rebeldía
En el texto se califica de “aparente” la petición de orden de captura y se desmonta la idea de la “supuesta rebeldía” del prelado a las peticiones del fiscal. “Siempre ha colaborado con la justicia”, se asevera en la nota , en la que renueva su compromiso de seguir haciéndolo. Es más, se incorpora el dictamen del juez que levantó las medidas cautelares contra él en el que se reconoce su “constante colaboración con la justicia”.
El comunicado insiste en que “no ha habido en monseñor Zanchetta ningún cambio de conducta” por lo que “no se entiende la solicitud de la fiscalía”. De esta manera, se responde a la fiscal, María Soledad Filtrín, que justifica la medida ante una falta de respuesta de Zanchetta ante los requerimientos judiciales.
Limpiar el buen nombre
Desde ahí, se lamenta “la creación de una imagen negativa” que se está promoviendo a raíz de la petición de la Fiscalía argentina y su difusión en la propia web de la institución. “Está aún por demostrar, además de obviar, principios elementales de intimidad y presunción de inocencia”, denuncia Belda sobre su representado, que subraya el deseo de Zanchetta de que “quede esclarecida toda la verdad y puedan así verse limpiados su buen nombre y fama”.
En esta misma línea, confía en que “tanto el poder judicial como el ministerio fiscal, en el escrupuloso cumplimiento de la ley, actuarán garantizando los derechos de todas las partes” frente a lo que considera “intereses espurios”.