Bogotá estuvo bajo el asedio de grupos de vándalos, quienes se infiltraron en las manifestaciones pacíficas para hacer estragos en la capital de Colombia este viernes, 22 de noviembre: varios comercios saqueados, estaciones de transporte público destruidas e, incluso, conjuntos residenciales asaltados.
En la tarde del viernes, ante la situación de desorden público, el alcalde Enrique Peñalosa, decretó en toda la ciudad, desde las 8 de la noche hasta las 6 de la mañana, un toque de queda para retomar el control de zonas con mayores hechos de violencia como Kennedy, Bosa y Ciudad Bolívar. Esta medida no la veían los bogotanos desde 1977, cuando en ese entonces un paro nacional desató disturbios.
Si bien no ha habido hasta el momento un pronunciamiento oficial de la Iglesia, el cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá, anunció en un trino el aplazamiento de la Asamblea arquidiocesana pautada para este sábado 23 ante la situación de alteración del orden público, ocurrida en la ciudad.
Más temprano, Elkin Álvarez, obispo auxiliar de Medellín y secretario general de la Conferencia Episcopal, durante una eucaristía institucional dedicada a la festividad de santa Cecilia, hizo un llamado al pueblo colombiano “a retomar la confianza en Dios y asumir cada uno desde su interior un compromiso por el bienestar del país” y “por todas las actividades que se realicen para promover la reconciliación y la paz”.
La Iglesia colombiana ha animado a la libre y pacífica expresión ciudadana de descontento, pero sin violencia ni destrucción. Cabe recordar que en conversación con Vida Nueva, Darío Echeverri, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), decía que la protesta está consagrada en la constitución, pero lamentaba que “un puñado de tontos, que a veces alborotan las masas, generen daños en la infraestructura y en la institucionalidad el país”.
En dos días de protestas en todo el país, el saldo es de 3 fallecidos, 273 heridos y 146 detenidos según reporte de Carlos Holmes Trujillo, ministro de defensa. Además en la noche de este viernes, en una alocución a todo el país, el presidente de la República, Iván Duque ha convocado a una conversación nacional en todas las regiones del país la próxima semana.
“Una cosa es la expresión pacífica a través de la protesta, y otra bien distinta es aprovechar la protesta para sembrar el caos. Una cosa es que Colombia marche por un mejor país, y otra es que politiqueros quieran utilizar estas expresiones para su beneficio personal”, señaló el primer mandatario.