El obispo Gustavo Zanchetta estará presente el próximo 27 de noviembre en los juzgados argentinos de Salta para asistir a la vista oral del juicio en el que está imputado por supuestos abusos sexuales.
Así lo ha confirmado este sábado en un nuevo comunicado firmado y distribuido por el defensor canónico del prelado, el español Javier Belda. En este texto se subraya que el viaje busca garantizar que “pueda, en justicia y en el escrupuloso respeto de la ley, dirimirse la cuestión objeto de juicio”.
En la nota difundida a los medios se detalla incluso que Zanchetta partirá este lunes de Roma y su llegada está prevista al aeropuerto de Salta en la mañana del 26 de noviembre. “No se encuentra en paradero desconocido ni refugiado en ningún sitio, ni huido de la justicia, sino que se encuentra en la residencia indicada a las autoridades judiciales”, detalla el escrito sobre el prelado, que actualmente reside en el Vaticano.
Después de que hace unos días trascendiera que la Fiscalía Penal de Violencia de Género y Delitos contra la Integridad Sexual solicitaba una orden de captura internacional y de que la jueza responsable del caso desestimara tal petición así como otras “medidas restrictivas”, ahora trasciende que el prelado dará la cara ante el poder judicial “para poder esclarecer los hechos objeto de litigio, al tiempo que reitera su inocencia”.
“Las constantes resoluciones por parte de la autoridad judicial, emitidas por personas y tribunales distintos, han puesto de manifiesto la total colaboración de monseñor Zanchetta con las autoridades y lo innecesario de las medidas”, subraya este nuevo comunicado. Eso sí, en el texto se justifica el silencio público del obispo para “no interferir” en los procesos judiciales, tanto civil como canónico.
Lejos de arremeter contra el ministerio fiscal por el revuelo mediático causado, a través de la nota distribuida a los medios, el obispo aclara que “en modo alguno prejuzga la actitud de la fiscalía, y considera que sus solicitudes, aun cuando pudieren parecer compulsivas o reiterativas sin que exista motivo aparente, en modo alguno cree que reflejen una espuria intención por su parte”.