Arturo Sosa: así ha sido la visita a Andalucía del padre general de los jesuitas

El superior de la Compañía de Jesús ha visitado Sevilla, Jaén, Granada y Málaga del 20 al 23 de noviembre, ciudades de las que se ha llevado una “impresión muy sabrosa”

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El pasado 20 de noviembre comenzó la visita por Andalucía del padre general de los jesuitas, Arturo Sosa. Cuatro días en los que ha recorrido las provincias de Sevilla, Jaén, Granada y Málaga, acercándose a las distintas realidades donde la congregación se encuentra presente. 

La primera jornada, que comenzaba en Sevilla, estuvo centrada en el ámbito educativo, y comenzó con la presencia de los niños y niñas del colegio Blanca Paloma, de la Fundación SAFA, ubicado en el barrio de Los Pajaritos – considerado el más pobre de España-. Nacho Orellana, director del centro, acompañó a Sosa al comedor, donde un grupo de menores en riesgo de exclusión social pueden desayunar cada día; así como a distintas aulas de todos los niveles, en las que se implantan nuevos modelos pedagógicos.

Sosa estuvo presente y presidió, además, la inauguración de la Universidad Loyola en Sevilla. En su discurso, el general abogó por el trabajo en red como “medio de llevar la voz de las universidades y de cumplir nuestra Misión en un mundo que nos empequeñece y que genera tantos mensajes y tanto ruido”. Asimismo, asistió al Colegio Inmaculado Corazón de María (Portaceli) que se ubica en el barrio Nervión de la ciudad y pertenece a la Fundación Loyola Andalucía Canarias y Extremadura (Fundación Loyola ACE). Después, asistió a un encuentro con los laicos y jesuitas de la Plataforma Apostólica de Andalucía Occidental-Extremadura-Canarias.

Sinodalidad y discernimiento

Al día siguiente, Arturo Sosa se trasladaba a Córdoba para participar en el II Congreso sobre San Juan de Ávila. En la misma ciudad mantendría un encuentro con el obispo diocesano, Demetrio Fernández González, en el palacio episcopal. En su conferencia, Sosa propuso que la experiencia espiritual de San Juan de Ávila y San Ignacio de Loyola inspirase la renovación que la Iglesia desea, a la luz del Espíritu, para lo cual necesita “la escucha atenta de la Palabra y afinar el discernimiento en común, dimensiones sustantivas de la experiencia espiritual, vividas en profundidad por ambos santos”.

Del mismo modo, condicionó el ser “Iglesia sinodal”, es decir, “guiada” por el Espíritu Santo, a la “necesidad del discernimiento apostólico en común”. Además, Sosa explicó en qué consiste este discernimiento y qué condiciones previas necesita esta experiencia. “Preguntémonos sinceramente, qué nos está diciendo el Señor a través de la secularización, hacia dónde nos lleva el Espíritu Santo a través de ese camino que está viviendo la humanidad”, interpeló el general.

Durante la tarde del 21 de noviembre, Sosa llegó a Úbeda (Jaén) para celebrar el 75 aniversario del Centro Universitario Sagrada Familia de Úbeda. “El mejor homenaje que podemos ofrecer a nuestra larga tradición en educación es poder explorar nuevos modelos, modos creativos e imaginativos, para ofrecer nuestra visión espiritual y experiencia educativa a nuestros estudiantes y sus familias”, dijo durante su intervención.

El valor de la Teología

El tercer día de su visita, el padre general acudió a Granada, donde se encontró con el personal y delegados estudiantiles de la Facultad de Teología, a quienes pidió “disculpas por la falta de reconocimiento que a menudo sufren aquellos que se dedican a la enseñanza” de esta materia. De la misma manera, valoró la “capacidad de adaptación de esta facultad, buscando caminos atrevidos y creativos de futuro”. “Aquí hay pistas de por dónde puede estar el Espíritu llamándonos a avanzar como institución”, afirmó.

Ante preguntas de los asistentes Sosa respondió que el desafío de la Teología que enseña la Compañía es “convertirse en un ejercicio y praxis de reconciliación”, ya que el jesuita considera que en el campo teológico se puede avanzar mucho en las relaciones con el Islam, así como en una reflexión coherente de la creación y la redención “que incorpore el cuidado de la casa común como algo intrínseco” y que muestre “el camino a la conversión ecológica”.

“Los pobres no pueden esperar”

Desde Granada, el sábado 23 de noviembre general se trasladó a Málaga para la última jornada de su visita. Su primera parada fue en la residencia de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y, donde se acercó al sepulcro del padre Arnaiz, llamado el “apóstol” de Málaga.

“Que nos enseñe a tener el corazón centrado en lo que importa: en los demás, más allá de uno mismo”, dijo Sosa ante la tumba de Arnaiz. “Nuestro Beato tuvo ‘siempre prisa por servir’, porque no podía distraerse de los pobres, siempre urgidos por sus hondas necesidades”, añadió, algo que también “lo dice también el papa Francisco: los pobres no pueden esperar”.

Después de un breve paseo por la ciudad y una visita a Jesús Catalá, obispo de la diócesis, Sosa dedicó su última parada en Andalucía a la residencia de mayores de El Palo (Colegio San Estanislao de Kostka), donde residen una veintena de jesuitas.  Allí respondió a varias preguntas sobre el estado de convulsión social de América Latina, su reciente viaje a Paraguay y valoró su periplo por Andalucía, del que dijo llevarse, como se dice en Venezuela, una “impresión muy sabrosa”.

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