No tiene nada que ver con la videncia, ni el ocultismo, ni tampoco con bolas de cristal. Lo del cardenal Müller es una simple predicción púrpura. “Cientos de miles de católicos abandonarán la Iglesia tras el culto idolátrico a la Pachamama en señal de protesta”. Así lo ha vaticinado el ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en conversación con el diario alemán Die Tagespot.
Gerhard Müller continúa preocupado por el ya concluido Sínodo para la Amazonía. Cree que tras el gran evento eclesial de este 2019, los evangélicos verán reforzada su posición en la región amazónica, así como las sectas, puesto que espera un éxodo masivo de fieles: “Toda esta triste historia dará apoyo a muchas sectas agresivas y anticatólicas en América del Sur y en otros lugares, que en sus polémicas sostienen que los católicos son adoradores de ídolos y que el Papa a quien obedecen es el Anticristo”. Y se pregunta: “¿Alguien pensó en estas consecuencias o simplemente asumió que esto era un daño colateral?”.
El purpurado alemán, quien dejó la Curia romana en 2017 tras la no renovación del Papa en su servicio, se ha mostrado, una vez más, contrario a adaptar la liturgia a la cultura indígena. “No hay derecho a introducir en la liturgia de la Iglesia ritos paganos o no católicos”, afirma con convicción. Y va más allá; si las personas de la región amazónica pertenecen a Cristo a través del bautismo, “no pueden practicar la adoración de ídolos dentro del culto católico”, explica. “Y si no son católicos, no pertenecen a la Iglesia como el cuerpo de Cristo y el templo del Espíritu Santo. Por lo tanto, no tienen derecho a actuar en la liturgia con sus ritos paganos o no católicos”, subraya.
Müller ha criticado también la inculturación de la Iglesia en esta región. Inculturarse, sí, pero poco. “No se puede minimizar el alboroto, patrocinado con muchos euros, como inculturación o respeto por otras culturas, o incluso reconocer las figuras de fertilidad femenina como un símbolo provida”, advierte.
Aunque el cardenal no se refiere al ladrón que robó y tiró la Pachamama al Tíber por su nombre, al ser preguntado por este delito sí mantiene que, “cuando los pastores duermen, es la hora de los laicos”. No quiso acabar sus declaraciones sin traer la Carta de san Pablo a los efesios. “Ningún idólatra tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios” (Ef. 5, 5). Müller dixit.