Los obispos de las seis diócesis de Aragón se han unido para firmar una carta pastoral conjunta sobre la Iglesia al servicio del mundo rural, titulada ‘Nazaret era un pueblo pequeño’. “Lo hacemos urgidos por la necesidad de ofrecer un rayo de luz y de esperanza ante la situación grave de la despoblación en nuestras diócesis”, han dicho los prelados durante la presentación de la carta, que ha tenido lugar hoy, 26 de noviembre, en el arzobispado de Zaragoza, si bien esta verá la luz el próximo domingo 1 de diciembre.
Así, el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, y los obispos Julián Ruiz (Huesca y Jaca), Eusebio Hernández (Tarazona), Ángel Pérez (Barbastro-Monzón) y Antonio Gómez (Teruel y Albarracín) han querido recoger en un documento sus orientaciones pastorales para la evangelización y la acción pastoral en los pueblos poco habitados.
Lo hacen, además, secundando el mensaje del Concilio Vaticano II: “Los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”, han subrayado, porque “nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”.
La carta ofrece “una mirada contemplativa a la sencillez evangélica vivida en la mística de lo cotidiano”, con un “elogio de lo pequeño frente a la valoración de los números y de las masas, frente a la asfixia de la productividad y la dictadura de la apariencia”. De esta manera, pretende ser “un canto a las minorías creativas que están siendo las comunidades de nuestros pueblos, resaltando el rostro femenino del medio rural”.
Asimismo, los prelados han querido valorar “los grandes esfuerzos que nuestras Administraciones están haciendo por mejorar la vida en el mundo rural”, y han animado a los políticos a que “sigan en esta dirección y estén muy atentos a estos pequeños núcleos, ya que podemos ser un pequeño resto de lo que fuimos, pero nunca un residuo”.
Por este motivo, han querido alentar con su carta a que se siga “escuchando a las personas del mundo rural” y a que, entre todos, “mantengamos el respeto a la Casa Común, que es la tierra que habitamos, en la búsqueda de un desarrollo sostenible que sustente el necesario equilibrio ecológico”.
Por otra parte, los obispos han explicado que la pedagogía del documento se centra en Jesús como Buen Samaritano, “que mira y no pasa de largo, que deja mover su corazón y busca respuestas concretas, afectivas y efectivas, y que se pone manos a la obra, para curar las heridas y dar esperanza”, siempre desde el convencimiento de que “el Evangelio es siempre nuevo y generador de vida, de novedad, capaz de gestar nuevos escenarios y nuevos dinamismos”.
En arameo, han explicado, Nazaret significa “brote”. Esta carta pastoral “pretende ser el nutriente para que estos pequeños brotes, que son nuestros pueblos, florezcan en una nueva primavera, que todos esperamos”. Además, han recalcado que “la comunidad cristiana nunca se ha encerrado en sí misma, sino que ha generado un movimiento de ayuda de las más fuertes a las más débiles, de las más numerosas a las más pequeñas, siendo capaces de poder compartir y repartir con los demás, aun lo poco que posean”.