Tras 8 días de protestas, convocadas por distintos sectores sindicales, docentes, estudiantiles y sociales, en el marco del paro nacional, el pacífico colombiano se ha visto seriamente afectado por hechos de violencia a cargo de grupos armados ilegales que mantienen en zozobra a la población aprovechando la nula presencia del Estado en estas zonas. Así lo ha denunciado la Iglesia local de la diócesis de Apartadó, Itsmina – Tadó, Quibdó y Popayán, cada una enfrenta realidades complejas con visos de una terrible crisis humanitaria.
Crisis humanitaria documentada
En el departamento del Chocó –en el noroeste del pacífico– los obispos de la zona, junto con el Foro Interétnico Solidaridad Chocó (FISCH), la Mesa de Diálogo y Concertación de los Pueblos Indígenas del Chocó, han denunciado la grave situación que ya raya en una grave crisis humanitaria a causa de “la violación sistemática de los Derechos Humanos y la no observación del Derecho Internacional Humanitario (DIH)”, han dicho.
Entre las evidencias que presentan para hacer tal aseveración se encuentran: la inseguridad alimentaria, alto índice de desempleo, baja calidad educativa, déficit de vivienda digna, precariedad del sistema de salud, escaso desarrollo en infraestructura vial, violencia urbana, asesinato de líderes, confinamiento y desplazamiento de comunidades rurales, instalación de minas antipersonales, reclutamiento de menores, aumento de cultivos de uso ilícito y de rutas de narcotráfico.
Inclusive han asegurado que todas estas situaciones están documentadas institucionalmente a través de “autos 004 y 005 de la Corte Constitucional, Resolución Defensorial 064 del 2014, Sentencia T-622 de 2016, Auto 054 de 2017, Decreto Presidencial 079 de 2018, Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, informes de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, informes de OCHA, informes de seguimiento al Acuerdo Humanitario”, por lo cual piden al Estado celeridad para la solución gradual de estos problemas.
La vida sigue amenazada
El panorama en el Cauca –suroccidente del pacífico– sigue poco alentador. “Detengan el terrorismo”, así lo ha expresado Luis José Rueda, arzobispo de Popayán, quien una vez más denuncia que la vida sigue amenazada ante los sucesos del pasado 22 de noviembre cuando 3 policías resultaron muertos por un ataque de grupos ilegales en Santander de Quilichao, además de quedar varios heridos entre policías y civiles. El prelado se solidarizó con las familias de las víctimas: “Los acompañamos en el dolor y en la esperanza de la vida plena”.
“Como Iglesia Pueblo de Dios que peregrina y trabaja en el Cauca, repudiamos este hecho, y les exigimos a los autores materiales e intelectuales que detengan el terrorismo en el Cauca; los llamamos en nombre de Jesucristo el Señor a escuchar en su conciencia la voz de Dios: No matarás”, ha señalado.
También ha recordado a estos actores armados: “Quien amenaza, intimida, extorsiona, hiere, asesina, termina siendo víctima de su propia maldad. Su propia conciencia lo acusará y no lo dejará tener paz interior”.
Foto: CEC