El Papa emérito ha enviado un mensaje a la Comisión Teológica Internacional con motivo del 50º aniversario de su creación
“Solo la humildad puede encontrar la verdad y la verdad a su vez es el fundamento del Amor, del que últimamente todo depende”. Así lo ha expresado el papa Benedicto XVI en el mensaje que ha dedicado a la Comisión Teológica Internacional con motivo del 50º aniversario de su creación. Una carta, además, en la que el Papa emérito recuerda que esta organización fue instaurada por San Pablo VI para superar la brecha que se había manifestado en el Concilio Vaticano II “entre la Teología que se desarrollaba en el mundo y el Magisterio” pontificio.
Subrayando su gratitud por el gran trabajo realizado durante 50 años, Benedicto XVI reconoce que el organismo, “a pesar de todos los esfuerzos, no ha podido lograr una unidad moral de la Teología y de los teólogos en el mundo”. Sin embargo, ha señalado que, quienes esperaban que esto ocurriese, “nutrían expectativas equivocadas sobre las posibilidades de tal trabajo”.
“A pesar de todo, la voz de la Comisión se ha convertido en una voz escuchada, lo que de alguna manera indica la orientación de fondo que debe seguir un esfuerzo teológico serio en este momento histórico”, ha añadido el papa emérito. “Al agradecimiento por todo lo que se ha hecho en medio siglo, se une también la esperanza de un ulterior trabajo fructífero, en el que la única fe pueda llevar también a una orientación común de pensamiento y del hablar de Dios y de su Revelación”, ha apostillado.
Benedicto XVI ha mencionado, además, alguno de los temas tratados por el organismo, como la relación entre el Magisterio y la teología, sobre los que “siempre hay que seguir reflexionando”, así como “la cuestión fundamental de la ‘Gaudium et spes’, es decir, la problemática del progreso humano y de la salvación cristiana”.
“En este ámbito”, matiza, “también surge inevitablemente el tema de la Teología de la Liberación, que en aquel momento no representaba en absoluto un problema de naturaleza puramente teórica, sino que también determinaba y amenazaba de manera muy concreta la vida de la Iglesia en América del Sur”, donde “la pasión que animaba a los teólogos era igual al peso concreto, incluso político, de la cuestión”.
Del mismo modo, Benedicto XVI ha resaltado alguno de los debates más intensos en la Teología moral, como el del matrimonio. “Creo que la Comisión Teológica debe seguir teniendo en cuenta el problema y debe fundamentalmente continuar sus esfuerzos para buscar un consenso”, ha indicado.