Durante su visita hoy, 29 de noviembre, a Caritas de Roma con motivo del 40º aniversario de la institución de este organismo en la ciudad, el papa Francisco ha hecho hincapié en el concepto de la vulnerabilidad. Una palabra que, como ha dicho, “es necesario conocer para trabajar en Caritas”, y también “hacerla carne en el corazón”, porque “la ayuda solo se da bien desde la propia vulnerabilidad”.
“Esta”, ha continuado, ante las personas acogidas en la ‘Ciudadela de la caridad’ y a los voluntarios que allí colaboran, “es el encuentro de diferentes heridas, de diferentes debilidades”. El Papa se ha dirigido así a las cerca de 220 personas presentes, a quienes ha recalcado que “la vulnerabilidad nos une a todos”.
“Es más”, ha dicho Francisco, “incluso Dios se hizo vulnerable por nosotros”. Y es que Jesús “es uno de nosotros y ha sufrido: no tenía casa donde nacer, ha sufrido la persecución, escapó a otro país, es migrante, ha sufrido la pobreza. Dios se ha hecho vulnerable”. Por este motivo, “podemos tener intimidad con Jesús, porque es uno de nosotros, tenemos la misma identidad: vulnerable, amados y salvados por Dios”.
“Una buena palabra”
“No podemos ayudar a los pobres ni acercarnos a ellos en la distancia”, ha recalcado el Papa. “Debemos tocar sus heridas, porque son las heridas de Jesús”, añadido. Sin embargo, esto “es misterioso”, porque “cuando tocas esas heridas, te das cuenta de las tuyas, y esta es la gracia que nos dan los pobres: saber que nosotros también somos vulnerables”.
Esto, para Francisco, es algo “hermoso, porque significa que también nosotros necesitamos salvación, necesitamos que alguien nos diga una buena palabra: también los voluntarios, e incluso los sacerdotes”. “Necesitamos a Jesús a nuestro lado, intimidad itinerante en nuestra vida”, ha concluido el Papa, y esto “significa que necesitamos la salvación, que necesitamos cuidado, y la salvación Dios no la da como un decreto, sino que la crea caminando con nosotros, acercándose a nosotros en Jesús”.