“Si tanto le gustan los refugiados, que se los lleve a su casa”. Dicho y hecho. El papa Francisco acogerá a 43 solicitantes de asilo en el Vaticano. Esta mañana, el cardenal y limosnero apostólico, Konrad Krajewski, viajó a la isla de Lesbos junto a representantes de la Comunidad de Sant’Egidio y regresará a Roma el próximo 4 de diciembre con un grupo de 33 refugiados, a los que se sumarán otros 10 a lo largo del mes.
“El pasado mes de mayo, 3 años después de a visita del Papa a la isla de Lesbos, el Santo Padre pidió al limosnero que volviera a la isla para renovar la solidaridad con el pueblo griego y con los refugiados y, también en esta ocasión, exprese el deseo de realizar un nuevo gesto de solidaridad y acoger a un grupo de jóvenes refugiados y a algunas familias de Afganistán, Camerún y Togo”, según el comunicado hecho público hoy por la Limosnería Apostólica.
En aquel viaje de abril de 2016, Jorge Mario Bergoglio trajo consigo a Roma a tres familias sirias solicitantes de asilo –además de otras 9 personas que llegaron dos meses después–, de las que la Santa Sede asumió los gastos de la acogida y la Comunidad de Sant’Egidio asumió el camino de integración; de la misma forma se hará en esta ocasión.
“Después de un intenso período de negociaciones oficiales entre los organismos competentes para crear este nuevo corredor humanitario, el Ministerio del Interior de la República Italiana ha dado su aprobación definitiva para llevar a cabo la operación”, recuerda la Limosnería en relación al empeño personal del Pontífice.
Gracias a los corredores humanitarios, Sant’Egidio ha conseguido acoger en Europa a más de 2.800 personas. En España, hasta el momento, los corredores humanitarios son solo un sueño de la comunidad católica nacida en el Trastevere.