El encendido de un cirio sinodal en el primer domingo de adviento. Este es el signo con el que la Iglesia alemana ha dado el pistoletazo de salida al llamado camino sinodal desde la catedral de Munich, en una celebración oficiada por el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Reinhard Marx. Y lo hizo, acompañado por Karin Kortmann, vicepresidenta del Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK), entidad que llevará el peso de la presidencia de esta ruta sinodal.
“Las expectativas de los creyentes de obtener resultados sustanciales son altas, pero también existe una gran preocupación por el fracaso”, comentó Marx durante una homilía en la que recordó a los católicos alemanes que “solo podremos hacer visible el evangelio si nosotros mismos somos testigos creíbles, testigos de alegría, testigos de esperanza”.
El purpurado animó a los participantes del Sínodo a entrar en la dinámica de la conversión y las reformas: “Necesitamos eliminar los obstáculos que molestan y observar lo que nos impide proclamar esta gran alegría y ser testigos de la credibilidad”. Eso sí, consciente de que en este peregrinar habrá posiciones diferentes, hizo un llamamiento al diálogo y la escucha: “Espero que tenga éxito. Habrá debate y conflictos, están en todas partes”.
De esta manera se dan los pasos en una iniciativa que se prolongará durante dos años. En ella, todos los participantes en la Asamblea Sinodal tendrán voz y voto en igualdad de condiciones, sean obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, hombres o mujeres. Desde ahí, saldrán adelante todas las iniciativas que se aprueben por mayoría de dos tercios.
Entre los temas que se pondrán sobre la mesa y que ya han propiciado un choque directo con el prefecto para la Congregación de los Obispos, Marc Ouellet, así como la intervención del Papa a través de una externa carta a los católicos alemanes, se encuentra el poder del clero, la ministerialidad de la mujer y la moral sexual de la Iglesia.
En esta misma línea del encuentro, Marx se manifestó a través de un videomensaje en el que solicitó tanto a los católicos como a los ciudadanos alemanes que “participen y tengan curiosidad por lo que está haciendo la Iglesia”. “Estamos abiertos a cualquier pregunta y a cualquier crítica”, alienta el presidente de los obispos alemanes a través de este mensaje.
Este comienzo del camino sinodal ha venido marcado de nuevo por la sombra de la pederastia, con nuevos casos que han salpicado a diferentes diócesis germanas. “El mensaje del Evangelio se ha oscurecido e incluso dañado de manera terrible. Estamos pensando en particular en el abuso sexual de niños y adolescentes.
Tenemos que sacar conclusiones y asegurarnos de que la Iglesia sea un lugar seguro. Juntos queremos encontrar la manera de servir a la gente, al mundo y a Dios como Iglesia hoy”, apuntaba Marx en una carta previa a la ceremonia, firmada junto al presidente del Comité Central de Católicos Alemanes, Thomas Sternberg. Y es que, fue precisamente el escándalo de los abusos el que llevó a los obispos alemanes a convocar este Sínodo.