“Hay un consenso contemporáneo mundial de lo que los gobiernos necesitan hacer por el planeta. Los Estados tienen la responsabilidad primaria, pero nosotros, como familia católica, debemos trabajar para llevar el mensaje de ‘Laudato si” a los líderes políticos”. Así lo ha expresado Adriana Opromolla, responsable de Seguridad Alimentaria y Cambio Climático de Caritas Internationalis en el foro ‘La cumbre del cambio climático y el cuidado de la Casa común’, que se celebra hoy en el auditorio de la Fundación Pablo VI en Madrid.
Caritas Internationalis “ha estado trabajando desde hace mucho tiempo en combatir el cambio climático para hacer justicia con los más pobres”, ha indicado Opromolla. Así, ha mostrado su compromiso de unirse a todos aquellos que “buscan trabajar contra el cambio climático desde una perspectiva de desarrollo humano integral”.
Desde esta visión, la ONG de la Iglesia a nivel internacional lleva a cabo proyectos de agroecología y sensibilización para “reforzar nuestro rol de incidencia, porque tenemos que llevar la voz de los afectados por esta crisis climática a las organizaciones internacionales y seguir promoviendo los derechos humanos”, ha explicado en la mesa titulada ‘COP25. Mucho más que una cumbre climática’.
Para Opromolla, la Iglesia ha reforzado durante el Sínodo de la Amazonía su compromiso en favor de la defensa de la Casa común. Por eso, “ahora acompañamos esta gran cumbre que va a decidir sobre el futuro de la humanidad, y participamos con el espíritu del Sínodo llamando a la justicia, porque los políticos deben responder al grito de los pobres y al cuidado de la Casa común en solidaridad con las generaciones futuras”.
En su intervención, ha apuntado con firmeza que “preservar el clima representa uno de los principales desafíos que enfrenta la humanidad de hoy”. Y aunque el Acuerdo de París es “un hito”, las contribuciones para mitigar el cambio climático han quedado “muy por debajo” de lo esperado. Por eso, esta COP25 es “una oportunidad para ampliar el número de Estados para contener el calentamiento global”.
En la mesa sobre la COP25 de este foro acompañaba a Opromolla el responsable de Justicia Climática de CIDSE, Martin Kreen. El laico austriaco ha reconocido los hitos innegables de estos 25 años de cumbres climáticas de la ONU, desde el protocolo de Kioto que obliga a disminuir los gases de efecto invernadero, al Acuerdo de París que obliga a la reducción de las emisiones de CO2.
“Todo está preparado a nivel internacional y ahora toca el momento de tomar medidas ambiciosas a nivel nacional, regional y local”, ha explicado Kreen. Asimismo, ha recalcado que “no podemos mentir a la atmósfera, y hay países que continúan actuando pensando en su propio interés y no mirando al interés general”.
No obstante, se ha mostrado esperanzado porque “algo está cambiando alrededor del mundo, y estamos demostrando que estamos listos para el cambio”. “Queda mucho por hacer, pero nosotros, como católicos, queremos contribuir al necesario cambio del planeta y apoyar a los jóvenes para poner en marcha estos cambios”, ha subrayado.