“La casa está en llamas”. Es la popular expresión que ha popularizado la joven Greta Thunberg. Expresión que le ha valido hoy al director ejecutivo del Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC), Tomás Insúa, para extrapolarla a una perspectiva católica. “La Casa común está en llamas, y mientras algunos intentamos echar agua, otros están echando combustible”, ha denunciado durante su intervención en el foro ‘La cumbre del cambio climático y el cuidado de la Casa común’, que acoge el auditorio de la Fundación Pablo VI en Madrid.
El principal actor laico a nivel mundial en defensa del planeta ha criticado “el rol de los villanos, que los hay, que tienen una agenda malintencionada que está frenando el proceso” de conversión ecológica. “No hay información nueva, sabemos desde hace 40 años cuál es la situación del planeta, y las empresas de carbón están intentando frenar la acción en este tema”, ha reconocido.
Mientras el Acuerdo de París preveía rebajar de 2 a 1,5 grados el aumento de la temperatura media, esta industria “sigue explorando nuevas reservas”. Por ello, el líder del MCMC ha instado a un “boicot financiero a esta industria para que no siga desarrollando nuevos combustibles fósiles”. “Ya hay instituciones que lo han hecho y se han desinvertido 11 trillones de dólares”, ha explicado, al mismo tiempo que ha mostrado su alegría, pues “todo se va moviendo y esto es motivo de esperanza”.
“Si la Iglesia no invierte en la industria armamentística ni en la abortiva, ¿por qué si en la industria que está acabando con el planeta?”, se ha preguntado Insúa, al tiempo que ha invitado a todos los creyentes a tomar el rol de profetas. “La industria del carbono no es el futuro, pero debemos trabajar para cambiar la perspectiva social, porque la industria está moralmente muy aceptada”, ha advertido.
En la mesa que llevaba por título ‘Inversiones éticas y cambio climático’, Insúa ha puesto como ejemplo el reciente tifón en Filipinas o la gran sequía de Mozambique para pedir que se escuche el clamor de la tierra y de los pobres. “Hay que acelerar la acción. Como católicos, tenemos que poner más presión sobre los políticos”, ha dicho. En este punto ha intervenido Carmen Valor, profesora de la Universidad Pontificia Comillas ICADE, que ha secundado el poner más presión sobre los políticos, pero ha reconocido que “el cambio empieza en nosotros mismos”.
“Si me quejo por Madrid Central, estoy echando más leña al fuego. Hay una tendencia grande a echar la culpa mirando hacia arriba, pero tenemos que mirar en nosotros mismo, porque tenemos más capacidad de la que creemos. Si nuestras preferencias morales no entran en el mercado, estamos echando más leña al fuego”, ha explicado. Y ha reconocido que, para ella, la esperanza está en la gente. “El modelo económico actual está montado sobre la avaricia, si no hacemos ese conversión, no va a cambiar nada”, ha señalado
En las preferencias morales a la hora de comprar e invertir, Valor ha puesto el foco en la banca ética: “Dejar de dar nuestro dinero a aquellos que causan el problema y poner nuestro dinero en quienes verdaderamente pueden ser parte de la solución”.