“Un sentimiento de satisfacción por el deber cumplido, sobre todo por haber podido defender a los más débiles, a 43 pueblos a los que todavía les tienen retenido su patrimonio”. Así se manifiesta, en declaraciones a Vida Nueva, el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, horas después de hacerse pública la sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Barbastro que ordena la “inmediata devolución” de los 111 bienes de la Franja a la Diócesis de Barbastro-Monzón, hasta ahora en poder de la Diócesis de Lérida.
Entre esos sentimientos que le embargaron al conocer un fallo que llega casi dos décadas después de iniciarse el litigio, Pérez Pueyo señala también “el del reconocimiento al trabajo en equipo y en comunión, también con la Diputación General de Aragón, en el que se agolpan los pastores anteriores, como Alfonso Milián, Juan José Omella, Ambrosio Echevarría y sus vicarios generales y delegados de patrimonio”.
Finalmente, alude “al sentimiento de buscar siempre la verdad. Yo, como pastor, lo que quería era no obcecarme. Si nos habían dado la razón por la vía canónica, me preguntaba si no tendríamos también la razón en la vía civil. Y esta sentencia nos ha dado mucha paz al ver que se ha hecho justicia y se ha reconocido que la verdad la teníamos también en la vía judicial”.
Pero junto a todo eso, el obispo aragonés, como había hecho desde que llegó a esa sede, va a hacer cinco años en febrero, quiere subrayar que “seguimos apostando por la comunión y la colaboración de dos diócesis hermanas. Y con la misma mano tendida con la que comencé yo, ahora, precisamente cuando ya tenemos hasta pergeñada la Ruta del Románico para que sirva sobre todo para paliar los efectos de la despoblación en nuestras diócesis”, señala en alusión a un proyecto que podría implicar a ambas sedes, cuya relación se ha visto afectada y que incluso ha ofrecido la imagen inédita de ver en los juzgados a dos obispos enfrentados.