“Ni miedo ni preocupación”: los obispos ante el gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos

  • “La Conferencia Episcopal está siendo una de las instituciones sociales que menos está contribuyendo a la crispación social”, asegura un pastor
  • La Secretaría de Estado vaticana estaría insistiendo en la vía de la colaboración con las autoridades
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Dejará España de ser un país “en funciones” antes de que acabe diciembre? ¿Desaparecerá el fantasma de la inestabilidad política con el nuevo año? ¿Seguirá Cataluña marcando el rumbo a las puertas de una nueva crisis económica? ¿Tendrá un posible gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos a la Iglesia como víctima propiciatoria para, con una campaña sobre el IBI y los “privilegios” eclesiales, los bienes inmatriculados o a qué se dedican o han dedicado los fondos recaudados a través de la asignación tributaria, meter presión al Episcopado y despejar de esa manera la atención sobre problemas más acuciantes como el paro, la desaceleración económica o la “cuestión política catalana”?



“No percibí al respecto ni miedo ni preocupación entre los obispos durante la última Plenaria de noviembre”, señala a esta revista un pastor. Sí que reconoce que hubo ciertos intentos por parte de algunos sectores por inquietarles, pero ese lobby, matiza enseguida, no se encontraba entre los obispos. “Ningún obispo se manifestó con especial inquietud con respecto a lo que pueda pasar” como consecuencia de un gobierno de coalición, continúa. “Los obispos estamos viviendo este momento político con mucha serenidad”, apostilla.

Presiones externas

Dada la incertidumbre política, acentuada tras los resultados electorales del pasado 10 de noviembre, y con las negociaciones por parte de equipo de Pedro Sánchez para tratar de conseguir en el caladero independentista catalán los votos afirmativos que permitan su próxima investidura como presidente del Gobierno, había “cierto temor” en vísperas de esa Plenaria a que algunos obispos reclamaran un pronunciamiento claro desde el Episcopado.

Y hubo presiones “desde fuera” para que así sucediera. Finalmente, fueron otros asuntos más intraeclesiales los que ocuparon los cinco días de la Plenaria y la cuestión política pasó prácticamente desapercibida, incluso en la sesión reservada, según comentan las mismas fuentes.

La consigna: no tomar partido

“La Conferencia Episcopal está siendo una de las instituciones sociales que menos está contribuyendo a la crispación social”, asegura este obispo. “Y eso que ha habido algunas asociaciones de laicos claramente posicionadas en el ámbito de la derecha que esperaban un pronunciamiento político por parte del Episcopado. Pero este se ha cuidado de no tomar partido ideológico por nadie. Y tampoco nadie, ningún obispo, ha protestado por este posicionamiento”, añade.

“El sector más crítico dentro del Episcopado con estas cuestiones políticas tampoco se ha manifestado al respecto durante la Plenaria. Tal vez tenga algo que ver ese rumor de que desde la propia Secretaría de Estado se nos habría pedido a los obispos mantenernos en esta postura”. De nuevo, una postura de colaboración, la misma que propició –a pesar de los tropiezos de la vicepresidenta Carmen Calvo– la reciente exhumación de Franco de la abadía del Valle de los Caídos.

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