Finalizó la última reunión del año de la Comisión Permanente del episcopado argentino. Presidió la reunión, su titular, Oscar Ojea, Obispo de San Isidro, y se hizo presente, Aliaksandr Rahinia, secretario de negocios de la Nunciatura Apostólica.
Durante el día de deliberaciones, los prelados intercambiaron opiniones sobre la realidad pastoral del país.
Continuaron con las orientaciones para la redacción del Catecismo Argentino, cuya elaboración fue aprobada en la Asamblea Plenaria, en noviembre pasado.
La Comisión Episcopal de Ministerios presentó una reflexión sobre la distribución del clero en el país, con el objetivo de colaborar con las diócesis con pocos sacerdotes.
Se presentaron informes de gestión, y se procedió a votaciones de otras cuestiones referidas a las comisiones episcopales.
Como el día de esta reunión coincidió con el cumpleaños del Santo Padre, se lo saludó recordando, además, el 50 aniversario de la ordenación sacerdotal.
“Deseamos expresarle nuestros fervorosos deseos de que el Señor siga dándole las gracias necesarias para desempeñar su ministerio pastoral y continuar, así, ayudándonos a ser una Iglesia en salida, servicial y misionera“, expresaron los obispos.
Los obispos aprovecharon la ocasión para enviar a “todas las familias de la Patria” un saludo de Navidad, titulado: “Un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado”.
Además manifestaron su sorpresa sobre la presentación del Protocolo sobre el aborto. Consideran que este modo de obrar “evita el razonable debate democrático sobre la tutela de la vida, el primer derecho humano”.
Apreciaron la alusión del Presidente de la Nación, en el discurso inaugural de su gestión, al texto de la encíclica Laudato ‘Si, en la que se proponen iniciativas a favor del cuidado de la casa común y se denuncia la cultura del descarte de la vida.
Pero, expresan también que una jerarquía normativa fue vulnerada por la imposición de este protocolo por parte de un funcionario, contrariando con un reglamento, no sólo la Constitución Nacional, sino tratados y otras leyes nacionales que tutelan la vida desde la concepción.
Los obispos afirmaron que lo que no legisló el Congreso, al término de un debate democrático, con la participación de todos los sectores, lo acaba de definir un improcedente protocolo del Ministro de Salud.
“No somos «anti-derechos» los argentinos que estamos a favor de la dignidad y el valor sagrado de toda vida. En comunión con tantos creyentes y ciudadanos de buena voluntad esperamos la revocación del protocolo“, reclamó el episcopado, a través de este documento.
Finalmente, para esta Navidad, pidieron que “a nadie le sea negado el derecho a existir dignamente, a tener una familia, a creer, educarse, trabajar y ser feliz”.