América

Daniel Ortega dice ahora que intenta aprender del Papa para gobernar Nicaragua

  • El presidente nicaragüense ha enviado una carta a Francisco por su cumpleaños en la que manifiesta su admiración por él
  • “Siempre le leemos con atención para ser capaces de trabajar por un ser humano, un país, y un mundo, más allá del egoísmo”





El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, han afirmado que “aprenden” del  papa Francisco para gobernar el país. Unas afirmaciones recogidas por EFE que contrastan radicalmente con la actuación del presidente con la Iglesia nicaragüense, que ha denunciado en múltiples ocasiones la crisis sociopolítica que atraviesa el país.



“Siempre le leemos con atención, admirando su valentía, y tratando de aprender de su vitalidad y coraje, para ser capaces, cada día, de trabajar por un ser humano, un país, y un mundo, más allá del egoísmo”, escribieron Ortega y Murillo, en una carta que enviaron a Francisco por su cumpleaños ayer, 17 de diciembre.

“Usted nos enseña a asumir los desafíos de estos tiempos, y con usted seguimos aprendiendo a ver el rostro luminoso de Cristo Jesús, salvándonos de la indiferencia y la tentación permanente de cerrar puertas y corazones”, subrayaron en la carta.  Sin embargo, lejos de esto que manifiestan, Ortega y Murillo han sido responsabilizados por los ciudadanos de Nicaragua de la muerte de cientos de personas en ataques armados contra protestas antigubernamentales que se han sucedido desde abril de 2018, así como de desapariciones, torturas, y ejecuciones extrajudiciales.

Un Episcopado “golpista”

Con el pueblo nicaragüense coincide la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que han responsabilizado al Gobierno de Ortega de la muerte de al menos 328 personas, si bien diversos órganos locales cuentan hasta 651.

Por su parte, Ortega reconoce 200 víctimas mortales, defendiendo que ha evitado un “golpe de Estado fallido”, tal como le llama al levantamiento popular en su contra, que inició en abril de 2018. El presidente también ha acusado al Episcopado de Nicaragua de ser “golpista”, luego de que la mayoría de religiosos abrió las puertas de sus parroquias para dar refugio a opositores que escapaban de los ataques armados del Gobierno.

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