Vaticano

El Papa destaca en la audiencia general que el belén invita a centrarse en “la calidad de los afectos, no en la cantidad de bienes”

  • Dedica su catequesis a cómo los pesebres ayudan a prepararse para la Navidad, pues son “Evangelio vivo”
  • Considera el nacimiento una “imagen artesanal de paz”, en un momento en que “se fabrican tantas armas”





A una semana de la Navidad, el papa Francisco dedicó la audiencia general de este miércoles, realizada en el Aula Pablo VI del Vaticano, a cómo los cristianos deben prepararse para esta celebración colocando el belén “en las casas, los lugares de trabajo y encuentro, los hospitales y residencias, las cárceles y las plazas”.



Tras recordar su reciente visita a Greccio, donde San Francisco de Asís hizo el primer nacimiento con habitantes del lugar, consideró que este es “Evangelio vivo” que permite descubrir cómo Dios “es real, concreto, vivo y palpitante”. No es un “señor lejano o un juez alejado, sino amor humilde, descendido hasta nosotros”, dijo el Pontífice argentino, destacando cómo las figuras del Niño con los brazos abiertos “nos dicen que Dios ha venido a abrazar nuestra humanidad”.

El belén ofrece además otra significativa enseñanza para los católicos. “En los ritmos a veces frenéticos de hoy es una invitación a la contemplación. Nos recuerda la importancia de pararse. Porque solo cuando sabemos estar en recogimiento podemos acoger lo que cuenta en la vida”, indicó. El nacimiento impulsa así a centrarse en lo importante, que no es “la cantidad de bienes, sino la calidad de los afectos”.

“Dejemos reposar a la madre”

Improvisando sobre el texto que tenía preparado, el Papa contó que el día anterior le habían enseñado un belén especial que mostraba a la Virgen descansando mientras José acunaba a Jesús. “Dejemos reposar a la madre”, comentó Francisco, celebrando a las familias en las que el marido y la mujer se dividen las noches para atender a los niños que lloran mientras uno de los padres duerme. “Dejemos reposar a la madre”, repitió.

Finalmente Jorge Mario Bergoglio presentó al pesebre como una “imagen artesanal de paz”, lo que lo hace “más actual que nunca” en un momento en el que “se fabrican en el mundo tantas armas y tantas imágenes violentas, que entran en los ojos y en el corazón”. También aprovechó para celebrar que los nacimientos incluyan “paisajes y situaciones” de los lugares donde se ponen, pues recuerda así “que Jesús vive en nuestra vida concreta”.

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