“Damos gracias por todo el bien que hay en el mundo, y por todos aquellos que se comprometen gratuitamente, por quienes gastan su vida en servir, por quienes no se rinden y tratan de construir una sociedad más humana y más justa. Lo sabemos, no podemos salvarnos solos”. De esta manera se ha expresado el papa Francisco en el videomensaje conjunto grabado hoy junto al secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El Papa ha recibido en audiencia esta mañana a Guterres y han conversado en un “clima de cordialidad” del “proceso de actuación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la crisis del multilateralismo, particularmente evidente debido a las dificultades de gestionar algunos problemas actuales, como la migración y la trata de personas, el cambio climático y el desarme”, según ha explicado el Vaticano en un comunicado. Y añadieron: “La conversación continuó tratando también algunas situaciones de conflicto, inestabilidad social y graves emergencias humanitarias y se expresó la consideración de la Santa Sede por el compromiso de las Naciones Unidas con la paz mundial”. Tras el encuentro, se reunió con el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados.
“Hijos de un único Padre”
Francisco comenzó su mensaje recordando que en estos días previos a la Navidad “nuestras miradas se dirigen al cielo para encomendar a Dios las personas y las situaciones que más nos tocan el corazón. En esta mirada nos reconocemos hijos de un único Padre, hermanos”.
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Jorge Mario Bergoglio ha advertido que “no podemos, no debemos mirar para otro lado ante las injusticias, las desigualdades, el escándalo del hambre en el mundo, de la pobreza, de los niños que mueren porque no tienen agua, comida, los cuidados necesarios”. Y agregó: “No podemos mirar para otro lado ante cualquier tipo de abuso contra los más pequeños. Debemos combatir todos juntos esta plaga”.
En el mismo sentido, apuntó: “No podemos cerrar los ojos ante nuestros hermanos que, por causa de los conflictos y de la violencia, de la miseria o de los cambios climáticos, dejan sus países y, a menudo, van al encuentro de un triste destino”. Y remató: No podemos permanecer indiferentes ante la dignidad humana pisoteada y explotada, a los ataques contra la vida humana, sea la que todavía no ha nacido sea la de que cualquier persona necesitada de cuidados”, para luego enfatizar: “No podemos, ni debemos mirar a otro lado cuando en muchas partes del mundo los creyentes de distintas confesiones religiosas son perseguidos”.
Cuidar la Casa común
Ante la atenta mirada de Guterres, que luego se dirigió al Papa para secundar sus palabras, elogiar la encíclica ‘Laudato si” y desearle una feliz Navidad, Francisco reconoció que “clama a Dios el uso de la religión para incitar al odio, a la violencia, a la opresión, al extremismo y al fanatismo ciego, así como usarla para obligar al exilio o la marginación”. Pero “clama a Dios también la carrera armamentística y el rearme nuclear. Y es inmoral no solo el uso sino también la posesión de armas nucleares, las cuales tienen una capacidad destructiva tal, que incluso el mero peligro de un accidente representa una oscura amenaza para la humanidad”.
Por ello, el Papa pidió no permanecer “indiferentes” ante las “numerosas guerras que todavía se combaten y que ven morir a tantos inocentes”. Y continuó: “La confianza en el diálogo entre las personas y entre las naciones, en el multilateralismo, en el papel de las organizaciones internacionales, en la diplomacia como instrumento para la comprensión y el entendimiento, es indispensable para construir un mundo pacífico”.
Asimismo, Bergoglio insistió en la idea de que “es necesario reconocerse miembros de una única humanidad y cuidar nuestra tierra que, generación tras generación, nos ha sido confiada por Dios en custodia para que la cultivemos y la dejemos en herencia a nuestros hijos. El compromiso para reducir las emisiones contaminantes y por una ecología integral es urgente y necesario: hagamos algo antes que sea demasiado tarde”.
En este mismo punto, sin citar a la joven activista Greta Thunberg, invitó a escuchar la voz de “tantos jóvenes que nos ayudan a tomar conciencia de lo que esta sucediendo hoy en el mundo y nos piden que seamos sembradores de paz y constructores, juntos y no solos, de una civilización más humana y más justa”. Y concluyó: “La Navidad, en su genuina sencillez, nos recuerda que lo cuenta verdaderamente en la vida es el amor”.