Francisco quiere llevar el saneamiento de la Curia roma hasta el último rincón del Vaticano y evitar que nadie pueda aferrarse a su sillón. Así lo ha puesto de manifiesto a través de una Carta Apostólica en forma de “motu proprio” hecha pública hoy, justo el mismo día en el que dirige su tradicional discurso navideño a la Curia. En ella anuncia que el cargo del decano del Colegio Cardenalicio deja de ser vitalicio para renovarse cada cinco años. Tras este periodo, el mismo que ha marcado para otros cargos de confianza vaticanos, el documento papal confirma que asumirá el título de decano emérito.
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La figura del decano de los cardenales es más que significativa dentro del organigrama de la Santa Sede en tanto que es el responsable de celebrar las misas exequiales cuando fallece el Papa, así como la eucaristía “pro eligendo Pontifice” que se convoca antes del cónclave. Además, es el responsable de comunicar la noticia sobre la muerte del Papa al cuerpo diplomática, a la Santa Sede y a los diferentes jefes de Estado y de Gobierno. No hay que olvidar que el propio Benedicto XVI fue también decano del Colegio Cardenalicio con Juan Pablo II.
Quince años al frente
Francisco ha tomado su decisión, toda vez que el cardenal Angelo Sodano ha presentado su renuncia después de quince años en el cargo. De hecho, en el texto, el Papa agradece “sinceramente el alto servicio prestado” por el que fuera también secretario de Estado de la Santa Sede con el Papa polaco.
En el “motu proprio”, el Papa justifica la reforma tanto por el aumento del número de cardenales en la Iglesia como por “los compromisos cada vez mayores que pesan sobre la personal del cardenal decano”. Eso sí, Francisco confirma que el sistema de elección se mantendrá como hasta ahora. Se elige por y entre los cardenales del orden episcopal (titulares de las diócesis suburbicarias de Roma) y añade el título de cardenal obispo de Ostia al que ya tuviera anteriormente.
Siguiendo a Pablo VI
Además recuerda en la carta apostólica cómo “a lo largo de los siglos, los pontífices romanos han adaptado a las necesidades de su época la composición del Colegio de Cardenales, llamado específicamente para prever la elección del Pastor Supremo de la Iglesia y ayudarlo a tratar los asuntos más importantes en el cuidado diario de la Iglesia universal”.
Así, en el documento subraya cómo Pablo VI amplió la composición del número de Colegio de Cardenales y cómo el propio Francisco aprobó en junio de 2018 la ampliación del número de cardenales obispos.