La figura de San Esteban, primer mártir de la historia, ha sido el punto de partida del rezo del ángelus presidido por el papa Francisco en la plaza de San Pedro. “Este recuerdo del primer cristiano asesinado por la fe puede parecer fuera de lugar”, dejó caer el Papa a los fieles que, a renglón seguido, matizó que “precisamente desde la perspectiva de la fe, la celebración de hoy está en armonía con el verdadero significado de la Navidad: la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida”.
Así, Francisco animó a los presentes a vivir con esperanza los “desafíos y pruebas que tenemos que enfrentar a diario” con “un estilo de vida conformado según Jesús: manso y valiente, humilde y noble, no violento”. Por ello, también recordó a “todos los mártires de ayer y de hoy”. “¡Hoy hay muchos!”, subrayó.
En esta línea, puso como ejemplo a San Esteban para llegar a ser misioneros “decididos llegar a los hombres y mujeres que están en las periferias existenciales y geográficas, donde hay más sed de esperanza y salvación”. Así, instó a la Iglesia a conformar “comunidades que no siguen la lógica mundana, que no se ponen a sí mismas en el centro, sino solo la gloria de Dios y el bien de la gente, especialmente los pequeños y los pobres”.
Posteriormente, el Santo Padre invitó a todos a rezar un avemaría por los afectados del tifón Phanfone, que ha arrasado Filipinas durante la Navidad y ha causado al menos 16 víctimas mortales.