Las sedes de Santiago y Puerto Montt han recibido nombramiento de sus arzobispos, reduciendo el número de diócesis con sede vacante y a cargo de administradores apostólicos.
La Nunciatura Apostólica, en Chile, anunció que el Papa Francisco designó arzobispo de Santiago a Celestino Aós Braco, ofm cap, quien fue nombrado Administrador Apostólico de esa misma diócesis en marzo pasado; al mismo tiempo, designó arzobispo de Puerto Montt al obispo auxiliar de Santiago y Administrador Apostólico de Rancagua desde junio de 2018, Fernando Ramos Pérez.
Así, las cinco provincias eclesiásticas del país quedan con arzobispos en sus sedes metropolitanas.
A pocos días de la llegada del nuevo Nuncio Apostólico, el español Alberto Ortega Martín, nombrado en octubre pasado, estos nombramientos parecen indicar el inicio de la estabilización de obispos en las diócesis chilenas. De las 27 jurisdicciones eclesiásticas en el país, quedan 8 con sede vacante, a cargo de Administradores Apostólicos. Por ahora, Santiago y Puerto Montt dejan estar en esa lista.
En mayo del 2018, tres meses después de su controvertida visita a Chile el Papa Francisco llamó a todos los obispos a la Santa Sede donde ellos le entregaron su renuncia después de escuchar su duro diagnóstico sobre la iglesia en Chile y la gestión de sus pastores. “Sería irresponsable de nuestra parte no ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen”, les dijo Francisco, aludiendo a las acusaciones de abusos. Agregó: “Las dolorosas situaciones acontecidas son indicadores de que algo en el cuerpo eclesial está mal. Debemos abordar los casos concretos y a su vez, con la misma intensidad, ir más hondo para descubrir las dinámicas que hicieron posible que tales actitudes y males pudiesen ocurrir”, les dijo.
“Lo que sí podemos observar es que la Iglesia que era llamada a señalar a Aquél que es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14,6) se volvió ella misma el centro de atención. Dejó de mirar y señalar al Señor para mirarse y ocuparse de sí misma. (…) Se ensimismó de tal forma que las consecuencias de todo este proceso tuvieron un precio muy elevado: su pecado se volvió el centro de atención” sentenció el Papa.
Durante ese año, siete obispos, varios menores de 70 años, dejaron sus diócesis y en el país llegó a haber 10 sedes vacantes. Durante el presente año, sólo fue consagrado obispo el salesiano Alberto Lorenzelli como auxiliar de Santiago.
De ahí que estos nombramientos han provocado sorpresa. Parecen abrir un nuevo proceso que puede ofrecer proyección a la iglesia chilena, preparando obispos para cargos futuros y estabilizando pastores en las diócesis. Aós, nombrado arzobispo de Santiago cumplirá 75 años en abril próximo lo que requiere preparar la sucesión para dos o tres años más.
Fernando Ramos es el actual secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, además de obispo auxiliar de Santiago y Administrador Apostólico de Rancagua. Al conocer su designación, fue entrevistado por iglesia.cl donde señaló que su breve paso por Rancagua “ha sido un tiempo donde he aprendido mucho, he conocido muchas experiencias hermosas y a gente muy generosa”.
Agregó que también le correspondió enfrentar un momento difícil de la Iglesia de Rancagua: “Cuando llegué había 14 sacerdotes con su ministerio restringido. Por una parte había una investigación que estaba llevando a cabo el Ministerio Público y, por otra, la que estaba realizando la Iglesia. Esto ha sido un período para ir resolviendo de a poco estos casos e ir normalizando la vida de la diócesis”.
En relación a su nuevo destino pastoral, el obispo Ramos dijo que: “Voy con mucho entusiasmo y con un deseo grande de aprender, voy muy atento para escuchar al pueblo de Dios, observar, conocer la historia, cuáles son sus desafíos y de cómo ponerme al servicio de los procesos que ya está funcionando”.