El sacerdote francés de 91 años, Roger Matassoli, ha muerto en su casa de Agnetz –al norte del país–, tras clavarle un crucifijo en la garganta un joven de 19 años del que presuntamente habría abusado el cura. Tras fallecer por asfixia el presbítero, la víctima de abusos ha sido arrestado por la policía francesa.
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Un largo proceso
Los abusos sobre este joven no era la única denuncia que pesaba sobre el sacerdote, ya que había sido acusado de abusar sexualmente de al menos cuatro niños, entre ellos el que le ha clavado el crucifijo y su padre, entre 1960 y 2000. Durante la investigación de las acusaciones, antes de que el sacerdote fuera retirado el ministerio en 2009, fue trasladado por diferentes diócesis, y, según dos víctimas, siguió ejerciendo como sacerdote hasta 2018 recibiendo un salario de la diócesis hasta hace un año por “un error eclesiástico” según el obispo de Beauvais –diócesis en la que está Agnetz–, Jacques Benoit-Gonnin.
Sobre el joven detenido, ahora ha sido acusado de tortura, asesinato y resistencia contra la autoridad durante su detención, según diversos medios franceses. Los hechos se produjeron el pasado 4 de noviembre. Los propios agentes vieron los signos de tortura y el joven, que trabajaba en la casa ayudando en las tareas de limpieza, fue detenido mientras huía con el coche del cura.