“Hoy día encontramos que hay parejas homosexuales que forman su familia. No podemos nosotros desconocer esa realidad. Exigen una competencia y preparación particular de parte de los movimientos familiares para acompañar a estas personas, para poder darles misericordia y comprensión”. De esta manera se expresaba el arzobispo de Asunción (Paraguay), Edmundo Valenzuela, durante su homilía con motivo del Día de la Sagrada Familia el pasado 29 de diciembre, según recoge el diario local ABC Color.
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“No le podemos denigrar, no le podemos acusar simplemente de una situación moralmente irregular, que es cierto, pero no conseguimos nada con eso sino proponiendo que vivan adecuadamente, que se reintegren, que recen, que sean solidarios, que sean sensibles a los pobres y a los necesitados. Así que todo esto nos habla de una variedad de familias en nuestra sociedad globalizante en la que estamos todos inmersos”, continuaba el prelado citando a viudas, madres solteras, divorciados y parejas del mismo sexo.
En el mismo sentido, Valenzuela recordaba que “el proyecto de Dios se realiza en estas familias (las familias cristianas, las familias equilibradas, que son el tesoro de la sociedad), pero también el proyecto de Dios se va realizando en las diversas estructuras familiares para que la persona humana pueda sentirse acompañada, pueda sentirse también valorizada”.
Interpretación errónea
Por ello, afirmaba que “nos corresponde a nosotros esta apertura y esta capacidad de comprensión de estas nuevas situaciones muy difíciles, sin duda, ante las cuales debemos ser solidarios con una postura de misericordia. Hermanos y hermanas, agradezcamos que la Iglesia es familia de familias”.
Sin embargo, en un comunicado posterior, el arzobispo de Asunción dijo que se interpretó erróneamente parte de su homilía. “Lo expresado en la homilía fue que hay que acompañar a las parejas homosexuales de forma adecuada”, señaló la rectificación de la Conferencia Episcopal Paraguaya. No obstante, otro comunicado de la curia pastoral, luego eliminado, agradecía la difusión de las palabras del arzobispo y recordaba que, “con relación a la condición homosexual de las personas, la Iglesia enseña que deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza” (CIC 2358).
