¿Año nuevo, vida nueva? No. El cardenal Gerhard Müller ha comenzado 2020 acusando –sin citar– a algunos miembros de la Iglesia de querer construir una nueva religión. “El veneno que paraliza a la Iglesia es la opinión de que debemos adaptarnos al espíritu de la época, para relativizar los mandamientos de Dios y reinterpretar la doctrina de la fe”, advirtió el ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en su primera homilía del año realizada ante una multitud de jóvenes en Phoenix (Estados Unidos), como recoge CNA.
Para el purpurado, sin cargo en la Curia romana ni en el episcopado alemán, “el antídoto contra la secularización de la Iglesia es la verdad del Evangelio y vivir la fe en el Hijo de Dios que me ha amado y se ha entregado por mí”.
Müller criticó a aquellos que desean lograr una especie de “religión civil”. “No consideran que la fe revelada sea verdad, pero les gustaría usarla como material para construir su nueva religión de unidad mundial. Para ser admitida a esta meta-religión internacional, el precio que la Iglesia tendría que pagar es renunciar a su defensa de la verdad. Parece que no es gran cosa, ya que el relativismo dominante en nuestro mundo rechaza la idea de que realmente podríamos saber la verdad, y se presenta como garante de la paz entre todas las visiones y religiones del mundo”, denunció.
Al mismo tiempo que lamentó que algunos católicos crean en “un catolicismo sin dogmas, sin sacramentos y sin un magisterio infalible”. Sin embargo, el purpurado reconoció que “Jesús no puede ser superado por el cambio de épocas, porque la eternidad de Dios engloba todas las eras de la historia y la biografía de cada persona”. “Hoy en día, la frase mágica del tentador es ‘necesaria modernización’. En consecuencia, cualquiera que se oponga a esta ideología será combatido como un enemigo y será acusado de ser alguien tradicional”, añadió.
“Para algunos, la Iglesia Católica se quedó atrás 200 años en comparación al lugar en el que está el mundo hoy. ¿Hay algo de cierto en esta acusación?”, se preguntó Müller, para luego recalcar que “quien cree no necesita ideología”.