La Pastoral Social envió un comunicado en el que recuerda, según expresiones del Papa Francisco en Laudato Si’, la relación entre la justicia de los pobres, el medio ambiente y las soluciones a los problemas estructurales.
Para la comisión episcopal, es necesario corregir los modelos de crecimiento y garantizar el tema de la vida, el respeto al medio ambiente, la equidad social, la dignidad de los trabajadores y la familia.
“Pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de una vida decorosa para todos“, expresaron los obispos preocupados por la intención que se plantea de pagar las deudas, sobre el hambre y la miseria de muchos argentinos.
Ratifican que la deuda social es la gran deuda de los argentinos.
Opinan que “El endeudamiento ha sido utilizado por los organismos internacionales para imponer un modelo económico y cultural que ha incrementado la pobreza, el desempleo y la desigualdad social, al mismo tiempo que ha contribuido a la explotación y el abuso de nuestra casa común”.
Recuerdan que en el año 2000, en la mayor crisis de la historia del país, San Juan Pablo II sostenía que “la situación social hoy es crítica y la carga del endeudamiento hace que el margen de acción del Estado se vea fuertemente limitado por las obligaciones que deberán pagarse en los próximos años”.
Así, la Iglesia atenta a este situación, señaló que “las obligaciones emergentes de situaciones creadas por la deuda externa no pueden y no deben soslayar la mirada ética respecto de los compromisos con la deuda social que nacen, precisamente, de un orden económico que ha privilegiado la especulación financiera por encima de la producción y el trabajo digno”.
Los obispos afirman que, más allá de las estadísticas, hay rostros e historias, tanto de sufrimiento como de lucha por sobrevivir. Se trata, principalmente, de un problema ético.
“Estamos hablando de poner en el centro de la discusión la dignidad humana. Pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de una vida decorosa para todos”.
Pretenden que en el abordaje del tema, la “Patria se asuma como protagonista” para definir el propio desarrollo cultural, civil, social y económico, de modo de poder construir y afianzar un modelo que tenga como eje central, la producción y el trabajo.
Proponen entonces promover una nueva cultura política solidaria, tanto en lo interno como en el ámbito internacional, y un modelo basado en la producción y en la economía social, como condiciones imprescindibles para una economía con rostro humano, que privilegie a los más vulnerables.
Sólo así, a partir de saldar la deuda social, se pueden honrar sus compromisos con la deuda externa, agregaron los obispos.