El asesinato el pasado viernes por Estados Unidos del general iraní Qasem Soleimani, jefe de la fuerza de élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán y máxima figura militar de las intervenciones de Teherán en el extranjero, amenaza con provocar un nuevo estallido bélico en Oriente Próximo que preocupa mucho a los cristianos de la región.
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
- OFERTA: Suscríbete antes del 31 de enero
“Hace falta sabiduría para evitar la erupción del volcán”, comentó el cardenal Louis Raphael Sako, patriarca caldeo de Bagdad, durante la misa de la Epifanía que presidió el pasado lunes en la capital iraquí. El purpurado lamentó en su homilía cómo las decisiones “emotivas e impulsivas, la falta de sabiduría y de sentido común” colocaban una vez más a la población de los países de Oriente Próximo al borde del precipicio.
Sako hizo un llamamiento a “las personas sabias de todo el mundo” para que eviten una nueva catástrofe, pues serán “las personas inocentes el carburante de ese fuego”. Pidió a quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones que valoren “atentamente” las consecuencias de sus estrategias.
Más de 30 muertos en los funerales
Los iraquíes temen que su tierra se convierta en el campo de batalla en el que Irán trate de ajustar cuentas con Estados Unidos, que cuenta con unos 5.000 soldados desplegados en el país, tras el asesinato del general Soleimani. “Imploramos a Dios omnipotente que garantice a Irak y a la región una vida normal, pacífica, estable y segura”, comentó el patriarca caldeo, invitando a poner en marcha una mesa de diálogo en la que las partes implicadas puedan solventar sus diferencias y se eviten así “consecuencias inesperadas” para la población iraquí.
Teherán clama venganza por el asesinato del general Soleimani, en cuyos funerales fallecieron este martes al menos 32 personas y 190 resultaron heridas debido a una estampida en Kerman, ciudad natal del militar y donde será sepultado.