Los obispos venezolanos quieren llevar al pueblo a las urnas. Así lo ha solicitado el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, José Luis Azuaje, durante la apertura de la CXIII Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano. El arzobispo de Maracaibo ha reivindicado en su discurso “el protagonismo del pueblo, para considerar si ante tanto sufrimiento y violencia no ha llegado la hora de apostar porque el pueblo decida por sí mismo lo que desea ante tan graves y al parecer insolubles problemas”.
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Bajo esta premisa, Azuaje, plantea que la ciudadanía pueda expresar “su voluntad inequívoca, ‘soberana’, por medio de una consulta vinculante, como el Episcopado ha asomado la posibilidad a conveniencia”.
Tejer juntos
“No queda más alternativa que ponernos de pie y triunfar”, asegura el arzobispo, que hace un llamamiento a los líderes políticos, empresariales, sociales, culturales y religiosos del país para que “tejemos juntos con los dos hilos -utopía y realidad-“ para transformar “la realidad de muerte en vida”.
De esta manera, los obispos venezolanos se pronuncian públicamente después de que el pasado domingo, de forma improvisada, diputados chavistas votaran como presidente del Parlamento a Luis Parra, mientras las fuerzas policiales impedían a golpes acceder al hemiciclo al líder opositor Juan Guaidó, Hoy mismo, como respuesta a los chavistas, la mayoría opositora del Parlamento venezolano investía de nuevo a Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Momento dramático
En su intervención ante sus hermanos obispos, Azuaje ha condenado al grupo de diputados que “violentando toda normativa de la Asamblea Nacional, se hicieron designar como directiva de esa institución”.
Así, se remite a 2002, cuando ya alertaron de que “vivimos un momento dramático y una verdadera encrucijada para Venezuela” para reclamar que “necesitamos líderes que estimulen a la población a actuar con serenidad y visión de futuro”.
Compromiso de todos
“El compromiso de todos y cada uno de los miembros de la Iglesia es hacia el despertad de la esperanza y la acción”, ha instado Azuaje, convencido de que “nuestra Nación se construye desde las raíces”.
“Este es un tiempo de mucho discernimiento, nadie puede sentirse adormecido o derrotado”, anima el presidente de la Conferencia Episcopal, que plantea a renglón seguido una hoja de ruta eclesial para los próximos meses: “De ahí el compromiso de toda la Iglesia para que de manera reflexiva, prioritaria, organizativa y con visión de futuro, desarrolle un plan sistemático de formación socio-política y ético-cultural desde la Enseñanza Social de la Iglesia”.