Durante su participación en las ‘Conversaciones de paz de Augsburgo’, el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, señaló que, si bien las religiones esencialmente sirven para promover la paz, esto “no siempre es así”. Así lo recoge el medio Katholisch, en el que se expone la postura de Marx ante los casos en los que las religiones no sirven únicamente para promover la fe.
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“En ocasiones hay que decir: ¡Alto a la religión!”, dijo el purpurado, refiriéndose, sobre todo, a los momentos en los que las creencias son utilizadas “contra las personas o para mantener el poder”. De esta manera, Marx tejió durante su intervención una dura crítica contra el poder de la Iglesia.
Del mismo modo, subrayó que “el carisma de la Iglesia no depende del número de miembros” que la componen. “Se trata de defender con entusiasmo el Evangelio y demostrar que vives como cristiano”, recalcó, “dejando de lado el poder”.
Dejar el miedo a un lado
Por otra parte, para Marx resulta “natural” que menos personas, en un contexto “de libertad”, sean miembros de la Iglesia que hace algunos años, ya que muchas veces lo eran “por tradición” y no por verdadera fe. “No queremos cambiar la sociedad de la libertad”, señaló Marx.
Asimismo, subrayó que la Iglesia no puede continuar utilizando el miedo como medio para mantener a las personas de su lado. “Donde quiera que se propague el miedo, al infierno o lo que sea, el evangelio no puede funcionar”. Además, declaró que “no podemos excluir a nadie solo porque no viene a la iglesia los domingos”.
Fomentar el diálogo en libertad
La primera edición de las ‘Conversaciones de paz de Augsburgo’ se han celebrado bajo el lema ‘¿Necesita paz la Iglesia?’. Según sus organizadores, en el futuro distintos representantes de la ciencia, la política, la cultura, la religión y el deporte hablarán sobre interculturalidad, migración, integración, diversidad y diálogo multirreligioso dos veces al año bajo el contexto de estas conversaciones.
El título de este evento hace referencia a la Paz Religiosa de Augsburgo de 1555, y su objetivo es “promover la comprensión de los desarrollos actuales en sociedades heterogéneas, presentar nuevas perspectivas y opciones concretas de acción, así como alentar la participación activa y la configuración de los procesos sociales”.