Este 10 de enero, en el contexto del 26º Congreso Interamericano de Educación Católica que se celebra en Santiago de Chile, cuatro educadores latinoamericanos recibieron el Premio Jesús Maestro que cada dos años confiere la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC) “a educadores o instituciones cuya obra educativa y evangelizadora haya tenido trascendencia, sea para el propio país, sea para el continente”.
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El hermoso trabajo de enseñar
“Enseñar es un trabajo hermoso”, dijo el secretario general de la CIEC, Óscar Pérez Sayago –parafraseando al papa Francisco–, porque “se puede ver crecer día tras día las personas que nos han confiado y están a nuestro cuidado. Es un poco de ‘cómo ser padres’, al menos espiritualmente. ¡Es una gran responsabilidad!”.
En este mismo sentido, el obispo de Roma ha señalado que “enseñar es un compromiso serio que sólo una personalidad madura y equilibrada puede asumir. Este compromiso puede dar miedo, pero ningún maestro nunca está solo”, también tiene el apoyo de sus colegas y comunidad, acotó Pérez Sayago.
Vidas por la educación
A la luz de las enseñanzas de Francisco sobre el sentido del ser maestro, y hechas las respectivas consultas, las directivas de la CIEC reconocieron la vida y obra de Luis Sáinz Hinojosa, obispo emérito de Cochabamba, en Bolivia, con el Premio Jesús Maestro. En su nombre lo recibió la licenciada Raquel Reynolds, presidenta de la Asociación Boliviana de Educación Católica (ABEC). El galardón también fue otorgado a Trina Carmona Díaz, de Venezuela, al jesuita Luiz Fernando Klein, de Brasil, y a Juana García Santamaría, de Chile.
El reconocimiento también fue otorgado a tres instituciones: Magisterio de la Araucania (Chile), la Fundación Edelvives (España) y las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús y de Santa María de Guadalupe (México). “Como CIEC, estamos orgullosos de reconocer el trabajo de personas e instituciones comprometidas con la tarea de la escuela católica de América“, subrayó el secretario general.