Transparencia y confianza. Son dos ejes claves en los que ha de girar la comunicación sobre entornos seguros para menores y personas vulnerables. Así lo plantearon ayer tanto el secretario de Medios de Comunicación de la Compañía de Jesús, José María Rodríguez Olaizola, como coordinadora de la Oficina de Comunicación de la Compañía en España, Elena Rodríguez Avial. Ambos han sido los responsables de orientar en materia comunicativa a los participantes en la 2ª edición de las jornadas sobre abusos promovidas por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), que se celebra hoy en Madrid.
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“Ante los temas mediáticos como los abusos, cualquiera se asusta, porque cualquier cosa que digamos puede ser no bien comprendido o interpretado”, expuso Rodríguez Olaizola, que planteó como antídoto necesario “tener equipos que puedan gestionar tanto la comunicación interna como la externa”.
Solo desde la verdad
“La principal labor de un equipo de comunicación es poder responder a las demandas de la sociedad: transparencia y claridad. La seguridad hay que tenerla, pero también hay que transmitirla. Solo desde la verdad podemos comunicar que nos entornos son seguros”, expresó. En este sentido, expuso una premisa: “Para ello, es necesario que este equipo tenga acceso a la información de la entidad y tengan seguridad a la hora de tomar decisiones de qué hay que hacer y cómo hay que comunicar”.
“La mayoría no estamos llamados a ser expertos en comunicación, pero sí tenemos que saber a quién podemos acudir”, señaló sobre la necesidad de profesionalizar esta tarea. En este sentido, hizo una llamada a trabajar con la mirada puesta en la historia más o menos reciente de las instituciones.
Ir de la mano
“La comunicación del presente y del pasado tienen que ir de la mano. Tenemos que haber hecho las paces con el pasado y hay que saber comunicar que hemos hecho todo lo que está en nuestra mano y admitir y reconocer aquello que no hemos hecho bien”, explicó el sacerdote jesuita.
“Esto no significa que haya que hacer cazas de brujas, pero sí recopilar y mirar atrás, para cerrar bien el pasado. No vale decir que solo tenemos datos de la actualidad. Si no hemos hecho un informe retrospectivo, se acabó todo esfuerzo de credibilidad y hacer creer que tenemos entornos seguros”, añadió.
Desde ahí planteó cómo “hay que contemplar todos los escenarios posibles, saber cómo responder y hacerlo con inmediatez. Debemos ser previsores para evitar fuegos y no actuar cuando la crisis mediática ya ha estallado. Si vas a remolque siempre acaba dando la sensación de que no quieres dar información, cuando realmente no la tienes”.
Entre lo interno y lo externo
Sobre la transparencia, Rodríguez Olaizola añadió que supone “encontrar el equilibrio justo entre comunicación interna y externa, tener siempre presente a las víctimas, garantizar la presunción de inocencia y no entrar en la dinámicas de las excusas sobre los abusos
“La comunicación no son matemáticas y cada crisis de abusos es diferente y exige una respuesta con matices”, subrayó Rodríguez Avial, que instó a los participantes a establecer un protocolo de comunicación a este respecto.
La elección de los portavoces
La periodista hizo hincapié en la necesidad de cuidar la elección de los portavoces en la obra en la que ha tenido lugar la crisis y de la colaboración permanente con los responsables de la congregación.
“Las víctimas son nuestra prioridad y hay que tenerles en cuenta siempre a la hora de comunicar, han de saber qué pasos estamos dando tanto en materia de toma de decisiones, de proceso judicial y también en el ámbito informativo”, alertó Rodríguez Avial, que también hizo una llamada al sentido común “en un momento en el que podemos dejarnos llevar por los nervios”.