Este lunes 13 de enero ha echado a andar el Gobierno presidido por Pedro Sánchez, el primero conformado por una coalición de izquierdas desde la II República. Y lo ha hecho consolidando, en la toma de posesión de los 22 ministros, lo mismo que ya hiciera en su primer Ejecutivo, hace dos años, tras la moción de censura con la que consiguió la cesión de Mariano Rajoy: en la ceremonia, celebrada en La Zarzuela, no ha habido rastro del crucifijo ni de la biblia de los que tradicionalmente disponía la Casa Real junto a un ejemplar de la Constitución.
También se ha repetido algo que ya se diera en ese primer Gobierno de Sánchez: todos los ministros han optado por prometer su cargo, sin ninguna excepción para la jura.
Concluida la ceremonia en La Zarzuela, los ministros del PSOE y Ahora Podemos acudirán a sus respectivas sedes ministeriales a tomar posesión, intercambiando las carteras con sus predecesores allí donde se ha registrado un cambio.
Cabe destacar que fue con la llegada de Felipe VI a la Jefatura del Estado, cuando la Casa Real cambió el protocolo y permitió que los altos cargos pudiesen prometer ante el Rey sin símbolos religiosos, conforme a la libertad religiosa recogida en la Constitución. Eso sí, fue Sánchez fue el primer presidente del Gobierno que aceptó esta posibilidad y prescindió de ellos.