Los medios católicos –y no católicos– llevan tres días hablando sobre el mismo tema. Un supuesto libro escrito a cuatro manos por Benedicto XVI y el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, sobre el celibato. ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’ (Fayard) verá la luz mañana, poco antes de que el papa Francisco se pronuncie, en su exhortación del Sínodo para la Amazonía, sobre la posibilidad de ordenar a hombres casados en esa región. Una petición lanzada en el Documento Final de la Asamblea Sinodal con un apoyo del 72% de los obispos participantes.
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Domingo. 20:30 horas. Salta la noticia. Le Figaro publica la información sobre el libro coescrito por el Papa emérito y el purpurado guineano. “No nos podemos callar; el celibato es indispensable”, escriben, según todo parece, a dos voces, al mismo tiempo que alertan sobre “la crisis impresionante de la Iglesia”. Algunos sectores de Iglesia ven en esta publicación un intento de injerencia en el gobierno del papa Francisco sin precedentes, y poco usual de Joseph Ratzinger, quien prometió permanecer en silencio dejando claro que solo hay un Papa y es Jorge Mario Bergoglio.
Le Figaro acompaña la noticia con un extracto, a modo de prepublicación, del manual sobre el celibato en la Iglesia, objeto de estudio del purpurado, que, aun negando públicamente ser un “enemigo” de Francisco, sus discrepancias sobre la visión de Iglesia de Francisco han sido públicas. Para el libro, los extractos del medio francés recogen que, “en los últimos meses, a medida que el mundo ha estado resonando con el alboroto creado por un extraño sínodo mediático que ha prevalecido sobre el sínodo real, nos hemos visto, nos hemos encontrado”.
Además de incluir algunos extractos de la obra, Le Figaro también entrevista a Robert Sarah. “Ordenar hombres casados no es una excepción, es una violación, una herida en la coherencia del sacerdocio”, entona el purpurado de Guinea-Conakri. El prefecto para los Sacramentos considera además que la figura de los ‘viri probati’ –hombres casados de virtud probada– es ofrecer “sacerdotes de segunda clase”. Para Sarah, “hablar de una excepción sería un abuso del lenguaje o una mentira”.
Con toda la polémica sobre la mesa, el lunes es el turno del Vaticano, que, 16 horas después de hacerse pública la noticia, decide responder a través de un editorial firmado por el director editorial del Dicasterio de Comunicación, Andrea Tornielli. En el mismo, el periodista dice que el libro de Benedicto XVI y Sarah sobre el celibato es una contribución en “obediencia filial al Papa”. No obstante, recuerda que “el celibato sacerdotal no es y nunca ha sido un dogma”.
Por otro lado, recuerda también la respuesta de Francisco a los periodistas en el avión de regreso a Roma desde Panamá en enero. Entonces, el Papa fue cuestionado en relación al celibato. La respuesta, clara: “No estoy de acuerdo en permitir el celibato opcional. Solo habría algunas posibilidades en los lugares lejanos, pienso en las islas del Pacífico, pero es algo en lo que pensar cuando hay necesidad pastoral. El pastor debe pensar en los fieles. ¿Soy un cerrado? Quizás, pero no tengo ganas de ponerme ante Dios con esta decisión”.
Tornielli también pone sobre la mesa entonces que, pese a las discusiones durante el Sínodo para la Amazonía sobre la ordenación de hombres casados, el Papa no mencionó en su discurso final el tema.
Cuando parece que la polémica ha tocado a su fin, un nuevo episodio la noche del lunes. La obra, que se presenta como trabajada a cuatro manos con el cardenal Robert Sarah, no tendría la aprobación explícita del Papa emérito, tal y como confirma el entorno cercano a Joseph Ratzinger a diversos medios internacionales, desde Il Corriere della Sera a La Nación argentina, pasando por ABC y Cope–. “Benedicto es totalmente ajeno a esta operación editorial y mediática evidente”, sentencian los colaboradores del Pontífice alemán.
Pocas horas después, Sarah sale a la palestra a través de su perfil personal en Twitter. “Esta noche doy las pruebas de mi estrecha colaboración con Benedicto XVI para escribir este texto a favor del celibato. Hablaré mañana si es necesario”, relata el purpurado, que adjunta tres imágenes de tres cartas del Papa emérito escritas a máquina y firmadas por él. En estas misivas, se corrobora que Ratzinger colaboró de alguna manera en el envío de unos textos al cardenal Sarah, pero no acabarían de confirmar si el Papa emérito dio su autorización expresa para publicarlos en un libro a cuatro manos ni conocería la versión definitiva de la obra conjunta.
En la primera carta, fechada en el 20 de septiembre, Benedicto XVI confiesa a Sarah que ha escrito “unas reflexiones sobre el sacerdocio”, pero admite que “mis fuerzas ya no me permiten escribir un texto teológico”. Aun así, promete hacerle llegar “unas notas” por si pueden serle útiles. En la segunda misiva, mucho más breve y con una firma prácticamente ilegible, correspondiente al 12 de octubre, Ratzinger simplemente notifica al prefecto que le envía “mis pensamientos sobre el sacerdocio”. “Se las dejo por si encuentra algún uso a mis pobres pensamientos”, le comenta.
La siguiente carta que Sarah presenta como prueba data del 25 de noviembre. En ella, se muestra agradecido “por la elaboración que han hecho” a partir de unos textos que Benedicto XVI le habría enviado. “Por mi parte, el texto puede publicarse en la forma que usted ha previsto”, le expresa Ratzinger. Eso sí, Sarah no revela cuales son esas condiciones de publicación y es ahí donde podría encontrarse la respuesta al desencuentro: descubrir qué párrafos salieron de puño y letra del Papa emérito.
Esta misma mañana, el cardenal volvía a insistir en que Ratzinger conocía todos los detalles del libro sobre el celibato. Lo hacía a través de un comunicado difundido a través de su cuenta de Twitter. “Benedicto XVI sabía que nuestro proyecto tomaría la forma de un libro”, aseguraba en el comunicado. Y añadía: “Perdono sinceramente a todos los que me han calumniado y quieren ponerme en contra del papa Francisco. Mi unión a Benedicto XVI sigue intacta y mi obediencia filial a Francisco es absoluta”.
El último capítulo tenía lugar en el mediodía de hoy. El arzobispo Georg Gänswein, prefecto de la casa pontificia y secretario personal de Benedicto XVI, habría telefoneado en la mañana de este martes al cardenal Robert Sarah, según pudo saber Darío Menor, vaticanista de Vida Nueva. Gänswein habría pedido al cardenal guineano que hablara con los editores del libro para que retiren el nombre del Papa emérito como coautor del volumen y de la introducción y la conclusión, que ambos firman a cuatro manos.
Según confirmaba el propio purpurado en Twitter, acata la petición. “Considerando las controversias que provocaron la publicación del libro ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’, se decide que el autor del libro será para futuras publicaciones: Card. Sarah, con la contribución de Benedicto XVI. Sin embargo, el texto completo permanece sin cambios”, explicaba.
Considérant les polémiques qu’a provoqué la parution de l’ouvrage Des profondeurs de nos cœurs, il est décidé que l’auteur du livre sera pour les publications à venir : Card Sarah, avec la contribution de Benoît XVI. En revanche, le texte complet demeure absolument inchangé. +RS
— Cardinal R. Sarah (@Card_R_Sarah) January 14, 2020