La Iglesia en México ofrece nuevas cifras sobre curas dimitidos del estado clerical

  • En México, 217 sacerdotes han sido dimitidos del orden clerical a causa del delito de abuso sexual, informó la Conferencia del Episcopado Mexicano
  • Los obispos también se pronunciaron por el levantamiento de la prescripción del delito de abuso sexual, o su ampliación, que en México es de 10 años actualmente

La Iglesia en México ofrece nuevas cifras sobre curas dimitidos del estado clerical

En México, 217 sacerdotes han sido dimitidos del orden clerical a causa del delito de abuso sexual, informó la Conferencia del Episcopado Mexicano este martes 14 de enero al reunirse con periodistas en el marco de su convivio de año nuevo.

A través de un comunicado leído por el secretario general del organismo, Alfonso Miranda Guardiola informó que del clero diocesano se tienen registrados actualmente 271 hasta por abusos sexual, más otros 155 procesos por otras faltas.



“En total, ha habido en estos últimos 10 años 426 sacerdotes que han sido investigados. 173 procesos están todavía en curso, 253 han sido completados y 217 sacerdotes han sido dimitidos del orden clerical”, dijo.

Eliminar la prescripción

Los obispos también se pronunciaron por el levantamiento de la prescripción del delito de abuso sexual, o su ampliación, que en México es de 10 años actualmente. Explicaron que hay varias iniciativas de ley a nivel federal y local que ya contemplan este tema.

Pedimos a las autoridades para que no haya prescripción del delito. Actualmente es de 10 años y después no se puede hacer nada”, dijo el presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López, quien consideró que esto es injusto pues el dolor en la víctima dura toda la vida.

Cabrera también recordó que en la Iglesia católica este delito no prescribe, pues si bien está estipulado que prescriba a los 20 años después de que la víctima cumpla la mayoría de edad, 18 de años; es decir, cuando ésta tenga 38 años, en la práctica esto no es así pues el papa Francisco ha decretado que esta norma puede ser derogable.

El desafío de los migrantes

Los obispos además se refirieron a los principales eventos que la Iglesia en México tuvo que enfrentar el año pasado, entre ellos, la emergencia migratoria que comenzó con las grandes caravanas de 2018 y prosiguieron en 2019.

“Estas han sido la oportunidad para hacer efectiva la caridad de nuestra Iglesia en México, en la persona de nuestros hermanos migrantes. Miles de ellos han entrado a nuestro país en los últimos meses y el flujo no se ha detenido”.

Miranda Guardiola detalló que del donativo del Papa de 500 mil dólares, recibido para la atención a los migrantes en México, durante el 2019 se entregó el 92 por ciento del recurso a proyectos que han buscado cubrir la demanda emergente de alimentación, medicamentos y vestido.

Detalló que de los 32 proyectos aprobados, 24 ya han concluido satisfactoriamente, y los 8 restantes están en su etapa final. “Para esta última etapa –continuó– está destinado el recurso restante. Esperamos en el mes de febrero concluir los proyectos, y seguir contando con la generosidad del Pueblo de Dios para sostener este apoyo a nuestros hermanos migrantes”.

Libertad religiosa

Y sobre el tema de libertad religiosa, Miranda Guardiola consideró que para que la Iglesia Católica en el país pueda seguir colaborando en favor de la sociedad, es necesario actualizar el marco jurídico que rige uno de los derechos fundamentales para toda sociedad democrática moderna, que es justamente el de la libertad religiosa.

Explicó que para ello es necesario actualizar la ley secundaria de libertad religiosa, sosteniendo el principio histórico de separación entre la Iglesia y el Estado, acorde a los más avanzados criterios internacionales.

Dejó en claro que no se persiguen privilegios para ninguna asociación religiosa, sino que se busca que las iglesias y sus ministros puedan desarrollarse debidamente, y que la libertad religiosa sea protegida por una eficaz tutela jurídica y que se respeten los supremos deberes y derechos de los hombres para desarrollar libremente la vida religiosa dentro de la sociedad.

“Profesamos la separación auténtica de la Iglesia y del Estado, y la plena autonomía de ambos en sus campos específicos”, aseveró el secretario general de la CEM.

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