La ong de la Iglesia continúa trabajando, en plena emergencia alimentaria, para dar respuesta a las problemáticas sociales de las comunidades excluidas y personas en situaciones de pobreza
El Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) brindó ayer un informe en el que se confirma que la inflación del 2019 fue del 54%, la más alta de los últimos 28 años. Cáritas Argentina, días antes, dio a conocer los números de ayuda, que reflejan el drástico panorama que viven muchos ciudadanos, en situación de vulnerabilidad.
Durante los meses de septiembre y octubre, se distribuyeron 810.000 kilos de alimentos en las distintas diócesis del país, lo que significa un monto de aproximadamente 77 millones de pesos. El mayor aporte económico fue otorgado por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.
A este aporte, se suma la organización logística institucional que permite que Cáritas se haga presente con 180 mil bolsones de alimentos al mes y 600 mil viandas, en lo que respecta a la ayuda inmediata.
Focalizan el trabajo en más de 760 comedores y cerca de 3.000 lugares, en los que se brindan desayunos, meriendas y “copas de leche” a chicos de nivel escolar, mujeres embarazadas y adultos mayores.
Más de 1.500.000 dólares fueron distribuidos para asistir a chicos y familias, tanto en comedores en merenderos de las diócesis de Añatuya, Concepción, Oberá, Reconquista, la Arquidiócesis de Paraná, y en la Prelatura de Esquel.
La coordinadora del área de Ayuda Inmediata y Emergencias, Sofía Terek, expresó: “… a pesar del esfuerzo de nuestros voluntarios, aún observamos un alto porcentaje de personas en situación de pobreza. Creemos que esto se debe a que cada día son más los necesitados de alimentación básica: los aumentos de precios y la falta de trabajo dificultan el acceso a una población vulnerable creciente”.
Por su parte, el obispo de Quilmes y director de Cáritas Argentina, Carlos Tissera, indicó que “la realidad del hambre y de los que sufren es dura, pero que la Iglesia a través de Cáritas da esperanza a la gente“.