La Iglesia mexicana, a través del presidente del Episcopado Mexicano, se pronunció sobre la revisión de mochilas que se lleva a cabo en varios planteles educativos luego del tiroteo en Torreón, Coahuila, donde un niño de 11 años mató a su maestra, hirió a otras cinco personas y se quitó la vida.
Tras los hechos ocurridos el pasado 10 de enero, en diversos estados del país maestros y padres de familia, junto con elementos de Seguridad Pública, se han dado a la tarea de aplicar el programa pMochila Segurap, en ocasiones utilizando perros entrenados para detectar armas y drogas.
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Al respecto, Rogelio Cabrera López, presidente de los obispos y arzobispo de Monterrey, se pronunció por una mayor atención a los niños desde el hogar y, en todo caso, que sean los padres o tutores quienes asuman la labor de revisar los útiles de los estudiantes.
Cabrera dijo no estar de acuerdo ni con la instalación de detectores de metales ni con las revisiones con perros, pues “no podemos tener una sociedad siempre vigilada; no podemos estar siempre acechados de policías o soldados”.
No generar más pánico
Consideró que son los padres de familia los únicos responsables de hacer la revisión de mochilas “y ellos tienen que saber qué llevan ahí” porque “si no, vamos a tener una sociedad más en pánico”.
“Yo pienso que es un daño mental el que los niños tengan que pasar por detección de metales. No es la medida humana oportuna… Creo que las escuelas no podemos hacerlas policiacas… los niños y las niñas deben estar en paz”, apuntó.
Para el arzobispo, no es la manera de abordar a los niños. “De por sí ya hay un ambiente de pánico en donde la violencia y los tiroteos dañan el corazón de los niños. Cuando se hacen estas revisiones se sobresalta el ánimo”.
Más especialización
Aseguró que la solución debe contemplar más recursos económicos de las autoridades, principalmente a las escuelas primarias deterioradas, sin baños, con pocos maestros, y ahora, incluso, invertir en buenos terapeutas; “creo que también a nivel universidad es tiempo de que se especialicen algunos psicólogos y pedagogos en este tema de la violencia en el corazón de los niños”.
Llamó a las escuelas católicas a poner mucho empeño en ayudar con un programa amplio; “el obispo encargado de Educación en nuestro país decía que no solamente nos fijemos en conductas, sino en emociones; hoy hay que trabajar en la salud emocional para que los niños y las niñas estén contentos y no haya violencia mental, y mucho menos de palabra o de hecho”.
En este sentido, el arzobispo de Monterrey aseguró que “la catequesis es la mejor terapia mental”, pues “cuando un niño conoce la palabra de Dios, sana también su corazón”.