Escuela Católicas tercia en la polémica sobre el pin parental, demandado por Vox para vetar talleres educativos en los colegios sobre diversidad sexual e ideología de género, considerando que se trata de una medida “innecesaria”.
“Desde Escuelas Católicas insistimos en la importancia de que los centros sean coherentes con su proyecto educativo, un proyecto que tienen que conocer las familias y el conjunto de la sociedad, de tal manera que todas las actividades educativas que se desarrollen en ellos sean coherentes con ese proyecto, y que los padres tengan conocimiento también de las actividades que se van a hacer a lo largo del año”, según declaró a Vida Nueva su secretario general, José María Alvira.
“Por tanto, teniendo todo esto en cuenta, nos parece innecesario el pin parental, y nosotros queremos poner el acento en la posibilidad de que los padres puedan elegir proyectos educativos, que el colegio actúe en consecuencia con ellos y que no haya sorpresas”, añadió.
“Por eso –afirmó el religioso marianista–, estimamos que el pin parental es innecesario pues, por otra parte, si para cada actividad hubiese que requerir la autorización paternal, desde el punto de vista funcional supondría un auténtico lío, además de que establecería una barrera de desconfianza entre las familias y los centros educativos, lo que no es bueno”.
Por otra parte, y en una nota hecha pública hoy, este entidad que integra a 2000 centros católicos, recuerda “que el derecho de los alumnos a recibir una educación integral, no puede desvincularse del derecho de los padres a decidir la formación religiosa y moral para sus hijos que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
“El Estado –añade la nota– no puede suplantar la posición de los padres decidiendo sobre estas cuestiones, sino que debe, por el contrario, garantizar el derecho de estos, tal y como señala el artículo 27.3 de la Constitución, ya que son los padres los primeros responsables de la educación de sus hijos y quienes ostentan legalmente la ‘patria potestad’”.