Cuando se está celebrando (entre el 18 y el 25 de enero) la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, la organización Puertas Abiertas ha publicado la Lista Mundial de la Persecución 2020, un análisis de la situación de los cristianos en el mundo. De él se desprende que 260 millones de cristianos están en países donde “la persecución es alta, muy alta o extrema”.
De esta manera, como media de manera global, 1 de cada 8 cristianos del mundo sufren hostilidad por el simple hecho de serlo. Asimismo, el informe muestra que en el último año 2.983 cristianos han sido asesinados, 3.711 han sido detenidos y 9.488 iglesias han sido atacadas.
“Los cristianos son perseguidos en muchas partes del mundo”, subraya la organización. Sin embargo, Asia y África destacan “por la cantidad de países que se incluyen en la Lista Mundial de la Persecución”. “De hecho, 1 de cada 3 cristianos en Asia sufre persecución a nivel alto, muy alto o extremo, mientras que en África se trata de 1 de cada 6”, subraya la Lista.
La organización, define la persecución contra los cristianos como “toda hostilidad hacia una persona o comunidad motivada por la identificación con la persona de Jesucristo”. De esta manera, distinguen entre opresión (ya sea en el ámbito público o privado) y la violencia corporal y material.
En los principales actos de opresión, de hecho, señala como principal fuente la opresión islámica, es decir “cualquier acción violenta o no violenta que tiene como fin someter a los cristianos al dominio islámico”, así como el nacionalismo religioso, en el que “se usa la religión mayoritaria de un país para sugerir que los cristianos no cumplen con los requisitos de ciudadanía”.
Puertas Abiertas elabora este informe desde 1990, con el que clasifica los países donde es más difícil vivir la fe cristiana. “El informe es compilado por expertos regionales y auditado por una organización externa especializada en libertad religiosa”, subraya la organización. De hecho, se elabora a través de entrevistas y análisis de datos sobre el terreno, con lo que se consigue proporcionar una imagen fiable de las dificultades que los cristianos perseguidos experimentan en todo el mundo.