Hoy, 21 de enero, se celebra la festividad de santa Inés, una joven mártir a la que la tradición ha representado como un cordero (o al lado de uno). Coincidiendo con esta fecha, anualmente se bendice a los corderos de cuya lana se elaborarán los palios de los arzobispos.
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Esta pieza de vestimenta litúrgica representa el vínculo entre el Papa y los arzobispos, pero también hace referencia al Buen Pastor. Los palios serán bendecidos por el Santo Padre en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, el 29 de junio. Después, los nuncios impondrán a los arzobispos el palio en cada una de sus sedes.
Mantener la pureza
La bendición de los corderos tiene lugar en la basílica de Sant’Agnese, en Roma, en una fecha en la que se conmemora la muerte de la santa. El cordero es signo de pureza, el principal don de la mártir a la que se conmemora, ya que murió por mantener su virginidad. De hecho, el nombre Agnese está ligado con ‘agnus’, que significa cordero.
Y, precisamente, como un cordero cuenta la tradición que murió santa Inés. Una niña de 12 años que fue martirizada, cortándole la garganta, por rechazar a todos sus pretendientes, ya que argumentaba que ella era de Cristo. Esto fue lo que ocasionó que la condenasen por ser cristiana.