Esta lamentable historia sucedió en el estado de Táchira, jurisdicción eclesial de la diócesis de San Cristóbal, en la zona andina de Venezuela, este 22 de enero, cuando un muchacho de tan solo 17 años admitió ser autor material del asesinato del presbítero Jesús Manuel Rondón Molina, desaparecido desde el 16 de enero, porque abusaba sexualmente de él. Así lo dio a conocer el propio ministro de relaciones interiores, Néstor Reverol, a través del canal del Estado, en una rueda de prensa.
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
- PROMOCIÓN: Suscríbete a Vida Nueva hoy
Según información dada por el ministro, el menor formaba parte de la comunidad donde estaba el sacerdote. Además no desaprovechó la ocasión para politizar el suceso al asegurar que “la Iglesia católica debería darse cuenta que cuando ocurren estos casos, la feligresía se aleja de la religión. Las autoridades de la Iglesia católica se hacen de la vista gorda”. En una clara retaliación frente a la acre postura del clero ante las políticas asumidas por Nicolás Maduro.
Evitar generalizaciones
Mario Moronta, obispo de San Cristóbal y segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal, ha repudiado lo sucedido en un comunicado, inclusive aseguró que el presbítero estaba bajo medidas cautelares tras haber recibido varias denuncias en su contra y realizado las investigaciones pertinentes.
Al mismo tiempo ha pedido al ministro Reverol no instrumentalizar este hecho para fines políticos o de otra índole y que se aclaren las circunstancias del suceso. “No se puede hacer generalizaciones por la falta de un miembro de la Iglesia que debió comportarse como ministro configurado a Cristo Sumo y Eterno Sacerdote”, acotó.
Tenía antecedentes
Más adelante Moronta ha sido enfático –y sin desmentir al alto funcionario– adelantó que el sacerdote “ya había recibido sentencia definitiva de dimisión del estado clerical y, ante dicha sentencia había presentado la apelación a los organismos correspondientes de la Santa Sede”.
Asimismo admitió que pese a las múltiples llamadas de atención, el presbítero “desobedeció las órdenes y medidas cautelares puestas según lo establecido en el derecho de la Iglesia”, no obstante en todo momento “a quienes presentaron las denuncias nunca se le impidió que pudieran acudir al fuero civil”.
Sin ningún encubrimiento
El obispo ha señalado que “al igual que en todas las Diócesis de Venezuela, en la nuestra de San Cristóbal hemos asumido las normativas de la Iglesia Universal para enfrentar los casos de abusos de menores por parte de clérigos”, inclusive “se han realizado varias investigaciones que han culminado con sentencia firme” y por ende la dimisión del estado clerical de algunos sacerdotes.
Sin ningún tipo de ambages ha asegurado que en su jurisdicción –frente a las acusaciones de Reverol– “no se ha encubierto ni a este ni a ningún clérigo que haya sido denunciado e investigado”, por lo cual “tenemos la conciencia clara de haber obrado sin encubrimientos y de acuerdo a lo que exige la Iglesia” en referencia a la postura que algunos voceros ligados a Maduro han empezado a relucir en contra del prelado.
Foto: Al Punto