La mañana del 23 de enero una intempestiva explosión ocasionada por una fuga de gas de un camión cisterna en el cruce de las avenidas Mariano Pastor Sevilla y Villa del Mar, en el distrito Villa El Salvador, en Lima, capital de Perú, ha dejado la lamentable cifra de 10 fallecidos, 45 heridos y 20 casas destruidas. Hasta el lugar llegaron equipos rescatistas y las autoridades, para combatir un incendio catalogado en código tres.
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Miguel Cabrejos Vidarte, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), ha lamentado lo sucedido y seguido de cerca los acontecimientos, incluso la tarde del viernes 24 de enero –tras el cierre de la 115ª Asamblea general– visitó a los 8 niños heridos que se encuentran internados en el Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja, en estado de suma gravedad con quemaduras en más del 90% del cuerpo.
Una cadena de oración
El prelado ha pedido a los peruanos realizar una cadena de oración por la salud de los niños. “Pidamos con confianza a la Santísima Virgen de la Puerta, a San José, a San Miguel Arcángel y al Divino Niño Jesús por estos niños que sufren, porque para Dios nada es imposible”, ha dicho.
También ha hecho un aporte económico a cada una de las familias de los menores afectados en nombre del Episcopado Peruano. Además señaló que Cáritas del Perú, institución adscrita a la Conferencia Episcopal Peruana, ha iniciado una campaña de ayuda para las personas heridas y los damnificados de esta tragedia.
Tomar mayores previsiones
La Conferencia Episcopal ha recordado que ante estos lamentables sucesos “nos exige, como sociedad, a revisar seriamente la seguridad de todo aquello que pueda poner en riesgo la vida y la dignidad de las personas”.
Desde el momento de los hechos, los sacerdotes de la diócesis de Lurín han estado presentes para acompañar a los familiares de las víctimas como expresión fraterna –según informan desde la Conferencia–“haciendo con nuestra oración y solidaridad” y han reconocido la respuesta inmediata de las autoridades en la atención de la emergencia como el apoyo de la población con las familias afectadas.
Foto: El Comercio
