El escritor e historiador Fernando García de Cortázar ha reivindicado durante una conferencia hoy, 27 de enero, “el empuje del humanismo cristiano y la rectitud moral impulsada por la fe y el compromiso de defensa de un orden cultural amenazado hoy por el nihilismo”. Así, con la charla ‘Católicos en tiempos de confusión’, pronunciada en el Seminario de San Froilán, en León, como acto central de la fiesta de santo Tomás de Aquino, ha resaltado la importancia de la “autenticidad de nuestro legado de cultura, de nuestro legado de ejemplaridad y excelencia para salvar este época ardua para la fraternidad, ardua para la cultura, ardua para la belleza”.
Y es que desde la perspectiva del jesuita, la sociedad española actual “ni siquiera se pone de acuerdo” para referirse a sus propios “problemas”. De esta manera, “se le quita el nombre a España y se le somete a esa vejación político-cultural de llamarle Estado español”, así como “el terrorismo exigió que se llamara conflicto vasco” y a la “impugnación de la unidad constitucional” se le llama “soberanía popular”. Además, al “clientelismo electoralista, se le llama defensa de los ciudadanos”, a la “indiferencia moral le llamamos laicismo progresista; a la desnacionalización de la cultura, respeto por la diversidad; al desprecio por el mérito ahora es igualdad de oportunidades” y a la renuncia a la complejidad intelectual le llamamos respeto a la audiencia”.
Unas circunstancias que dibujan para el autor una realidad que “demuestra el “desbarajuste moral y quiebra de valores que vivimos en España” y que “nosotros los católicos debemos combatir contra todos aquellos que nos intentan colar ese credo sectario comenzando por el desprecio del lenguaje, la manipulación miserable del lenguaje”. Así, el García de Cortázar ha resaltado que la prioridad para todos los católicos debe ser “compartir la pena, los sufrimientos y las dudas de la humanidad que quieren, ante todo, ser testigos y pregoneros de la ternura de Dios para con todo hombre”, de manera que el cristianismo actúe “como ese hilo conductor indispensable en la formación de los nuestros valores”.
“La moral es la aspiración a construir una sociedad armónica y estable regida por la ética del trabajo y del esfuerzo individual”, ha explicado el catedrático. “Es la aspiración de crea una sociedad capaz de garantizar el bienestar, la justicia y la equidad; moral es la voluntad de afirmar la libertad y los derechos individuales en la historia a la cual, en su doctrina no es ajena la Iglesia y en este punto convendría releer a los miembros de la Escuela de Salamanca, Francisco de Vitoria, Suárez, Fray Luis de León, Juan de Mariana…”, ha añadido
Por todo ello, para García de Cortázar “nos corresponde hoy a los cristianos dar respuesta a lo que Habermas denominaba el ‘vacío del corazón del hombre’ que se ha creado por el olvido de unos principios que han inspirado la conciencia de occidente y que han ofrecido identidad a nuestra civilización a lo largo de dos mil años”. Y es que “lo que ahora estamos viendo es una especie de rechazo a formar parte de un largo aliento espiritual sobre el que se han construido los derechos de todos, la integridad de cada vida humana, la libertad como la condición esencial del hombre y de la mujer, las limitaciones objetivas del poder y la garantías últimas de nuestra seguridad ciudadana”.