Cuando los alumnos del colegio de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia del barrio malagueño de La Palmilla, apenas se atrevían a pisar la entrada. Los estudiantes se encontraron parte de la alfombra roja de la gala de los Goya celebrada este fin de semana en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena. El director del colegio, José Miguel Santos, la vio en unos contenedores cercanos al recinto mientras pasaba en bicicleta y, ya con el coche, recogió parte de la alfombra y otros elementos del decorado.
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Según ha publicado el profesor en sus redes sociales daba a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, organizadora de la gala, las gracias “porque con todo lo que habéis tirado algunos re-utilizaremos los desechos para que los niños de un barrio olvidado se sientan los verdaderos actores de vida reales”. Y así ha sido durante todo el lunes, alumnos y profesores se han hecho un sinfín de fotografías con parte del photocall y la alfombra, como han compartido en el Facebook del colegio.
Otras estrellas
El director ha comentado a algunos medios locales y a la agencia Efe que utilizarán lo rescatado de la basura para celebraciones escolares como las graduaciones de los alumnos. De momento ya ha funcionado un día como auténtica pasarela de estrellas: “Y la Gala de los Goya continúa en nuestro Colegio Misioneras Cruzadas de la Iglesia de La Palmilla. ¡Cuánto arte hay en estas estrellas!”, se lee en las redes sociales.
No es el único recado que ha mandado José Miguel Santos, quien ha dejado otros recados por los organizadores. “Gracias por el mensaje tan coherente ‘Salvemos el Planeta’, aunque en lugar de sermones (que ya no solo los da la Iglesia Católica) le pediría más coherencia entre lo que se proclama y se hace”, añade. Siendo consciente de la realidad de su colegio, ha escrito: “me gustaría preguntaros cómo se consiguen tantos recursos, cuál es el camino para que no te denieguen recursos básicos o te cierren puertas. A una pequeña escuela de barrio siempre se nos dice que no hay recursos para las necesidades más básicas, que durarían mucho más que una noche”.