“Nos gustaría decirle al mundo que él es el regalo de los filipinos a la Iglesia universal y a Roma”, dijo sobre el cardenal Luis Antonio Tagle, el arzobispo Rómulo Valles, presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, durante la cena de despedida del purpurado.
Recibiendo el aplauso de los 90 obispos presentes, Valles señaló que son más los motivos para estar alegres que los que hay para estar apenados por la marcha de Tagle a su nueva misión en el Vaticano.
“Estamos tristes, pero creo que estarán de acuerdo conmigo en que uno de los maravillosos dones que la Iglesia tiene en Filipinas está en la persona del cardenal Chito”, adirmó el arzobispo. “Es nuestra oración que el Señor continúe bendiciéndote y manteniéndote alegre en tu difícil tarea”, añadió.
Los obispos del país se encontraban presentes en Manila este fin de semana para la celebración de la asamblea plenaria, y en este contexto se celebró la cena de despedida, en la que los prelados entonaron el ‘You never walk alone’, rodeando al cardenal Chito, como le suelen llamar.
Por su parte, Tagle admitió que todavía se siente abrumado ante la idea de abandonar Filipinas para su nueva misión. Y es que, en diciembre de 2019, fue nombrado por el papa Francisco nuevo prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
De esta manera, el purpurado sustituye en esta importante encomienda al frente del antiguo departamento de Propaganda Fide a Fernando Filoni, de 73 años, quien, a partir de este momento asume el cargo de Gran Maestro de la Orden del Santo Sepulcro en lugar del cardenal Edwin Frederick O’Brien, quien renunció al cumplir 80 años el pasado mes de abril.