La necesidad de tender puentes con la sociedad. Es la idea que ha sobrevolado hoy durante la XXXI Semana de Teología Pastoral organizada por el Instituto Superior de Pastoral en torno al tema ‘La fe perpleja ante la cultura actual’. En una mesa moderada por el profesor de la Complutense Pedro José Gómez, tomaron parte la periodista María Ángeles López, el economista Enrique Lluch y el sociólogo Fernando Vidal.
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“Cuando comencé en el periodismo, me dejó perpleja cómo el hecho religioso era prescindible para los medios de comunicación cuando para mí era imprescindible”, reflexionó la directora de la editorial San Pablo. Así, glosó cómo “la religión tenía cabida en la información tan solo cuando se situaba como respuesta a la política, al folclore o al escándalo”.
Mirada reduccionista y artificial
Para López, esta tendencia se ha radicalizado hoy desde “una mirada reduccionista y superficial” hasta tal punto que “el hecho de ser creyente hoy nos desacredita para el diálogo”. Desde ahí, y parafraseando a Martín Velasco, lamentó que “el extrañamiento de la cultura se reduce a la religión a algo invisible”.
Por otro lado, la periodista alzó la voz para señalar que “es más evangélico ser feminista que machista”. “Tenemos una oportunidad para que la Iglesia refleje el Evangelio, situando a la mujer en el lugar que se merece, para que realmente realice un servicio y no un sucedáneo”.
Doble estigma
Desde su vinculación al Partido Socialista, Vidal admitió que le supuso un conflicto y una dislocación el hecho de unir izquierda y cristianismo: “Te marcan tanto en el partido como en la Iglesia. Supuso para mí un estigma en algunos espacios, cuando en Norteamérica, implicarte se ve como un servicio”.
“La Iglesia nos anima a participar en la política, pero cuando participas, te manchan”, defendió. A esto se une su percepción de que tanto desde la Iglesia como desde el PSOE se percibían unos a los otros solo desde los estereotipos. “Reivindico un acompañamiento de la pastoral en la política, aunque creo que no estamos preparados todavía”, añadió el director del Instituto de la Familia de Comillas.
Pragmatismo al frente
Vidal advirtió de que hoy por todo se ha roto todo nexo con la política “con el pensamiento, no solo en el ámbito religioso, solo prima el pragmatismo”. A esto unió la tendencia al fundamentalismo y las heridas que todavía quedan abiertas entre Iglesia y política.
En este sentido, hizo un llamamiento a la Iglesia a que trabaje la escucha y lleve a cabo una renovación del lenguaje. “No creo que la religión vaya a menos, creo que vivimos un repunte de la espiritualidad y de una comunión de la experiencia”, aportó. A partir de ahí, Vidal lanzó un desafío: “¿Somos capaces de hablar de Jesús cada uno de nosotros en la vida pública o entre nuestros vecinos? ¿Damos verdaderamente razón de nuestra fe de corazón más allá de los postulados que hemos aprendido? ¿Por qué no optamos por la transparencia cuando no tenemos nada más que perder que la superficialidad?”.
Ofrecer una Buena Noticia
Enirque Lluch lamentó cómo apostar por la Doctrina Social de la Iglesia “es muy difícil de estructurar cuando en la facultad durante cinco años te han enseñado a que la economía se basa en pensar en el beneficio de uno mismo, tener más y ganar dinero”. El profesor de la Universidad San Pablo CEU-Valencia defendió que en este nuevo contexto “los cristianos tenemos que creernos que podemos ofrecer una Buena Noticia en todos los espacios en los que nos movemos, incluido en la economía”. En este sentido, reivindicó la necesidad de introducir la Doctrina Social de la Iglesia en las catequesis de niños, jóvenes y adultos.
“En la Iglesia tenemos que escuchar más y estamos más entretenidos por estar a la gresca que en la búsqueda de lo bueno del otro, tanto de puertas para adentro, como en medio de la sociedad para aportar nuestra riqueza y, sobre todo, para aprender de la riqueza del otro”, rubricó Pedro José Gómez.