Concluida la reunión de la permanente de la Conferencia Episcopal alemana, los obispos han publicado una declaración sobre la “educación y el tratamiento del abuso sexual de menores en la Iglesia”. Los prelados repasan el camino recorrido en la última década tras comenzar las denuncias relacionadas con estos abusos.
“Hasta el día de hoy sentimos esto como un corte profundo que nos avergüenza y desafía”, señalan, a la vez que manifiestan que “seguiremos trabajando con resolución para prevenir esos delitos mediante la atención y la prevención”. “No es un camino fácil, pero esperamos que nos lleve a la meta: a la justicia y la paz para los afectados, a una nueva credibilidad y a una nueva confianza en la Iglesia”, apuntan.
Desde 2010, la Conferencia ha examinado “todas las cuestiones de responsabilidad, a escuchar a los afectados, a descubrir la verdad, a hacer más estrictas las directrices existentes y a ampliar el ámbito de la prevención”, aseguran. Además, “muchos observadores atestiguan que hemos hecho progresos considerables a este respecto, aunque todavía queda mucho por hacer”.
Revisando los protocolos propios, señalan que han sido revisado varias veces y se aplican sin excepción en todas las diócesis. También consideran un avance la cooperación con las autoridades civiles y con el Vaticano. El estudio de los datos ha dado lugar a “nuevos y extensos proyectos de trabajo” que incluyen “una vigilancia supradiocesana vinculante en las esferas de la tramitación, la intervención y la prevención”, además de “la tramitación independiente, en la que también se aclarará quién, además de los autores, ha asumido la responsabilidad institucional del abuso”.
También trabajan en “el desarrollo ulterior del procedimiento para el reconocimiento material de los sufrimientos sufridos”, la creación de puntos de información y atención diocesanos, así como “una estandarización en el mantenimiento de los archivos personales del clero”.
Pasada una década, los obispos mantienen que “seguimos trabajando para combatir este crimen; seguiremos orientándonos en primer lugar a la perspectiva y las necesidades de los afectados; seguiremos cooperando con las autoridades eclesiásticas y civiles”.