El párroco de la iglesia de San Giacomo di La Loggia de Turín, Ruggero Marini, ha querido “sacudir las conciencias” poniendo un cartel a la puerta: “Aquí vive un judío: Jesús”. Según cuenta el diario Avvenire, el sacerdote ha querido tener este gesto ante los crecientes brotes de antisemitismo. Un propuesta que hasta ahora solo ha tenido ecos positivos. “La gente que pasa se detiene, lee, y algunos me buscan para transmitirme algún tipo de testimonio positivo. Eso era lo que más quería: sacudir mi conciencia”, relata. Lo último que le han comentado algunos profesores de las escuelas cercanas es que iban a tratar la cuestión con sus alumnos tras ver el cartel.
Para Marini, “decir que la iglesia es el hogar del Jesús judío significa convertir el dolor en un acontecimiento sacramental. Y además estamos diciendo una verdad que quizás hoy muchos, demasiados, olvidan”. Aunque le han arrancado el cartel varias veces por la noche, el sacerdote lo sigue poniendo cada mañana.
Y es que la propia diócesis ha tenido que salir al paso de las reacciones antisemitas, señalando el obispo Cesare Nosiglia que “el antisemitismo, en todas sus formas, ha producido inmensas tragedias que no sólo debemos condenar, sino también asegurarnos de que no se repitan”. “Es grave que nos encontremos, en nuestro país, entre nuestra gente, sin razones de peso para recordarnos que todos somos hermanos, pero que compartimos ciudadanía e intereses económicos, idioma y territorios”, destacó.
Por eso, para el Arzobispo, “ha llegado el momento de dar un paso atrás: volver a la tierra firme de la coexistencia compartida, abandonar el pantano de los que fomentan el odio y la intolerancia, de los que dejan que los medios de comunicación multipliquen sin cesar los mensajes insensatos de los individuos, que no conocen otra forma de sentirse vivos que la violencia física o verbal, no hace ninguna diferencia”.