El próximo domingo 2 de febrero se celebrará la Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2020, y en este contexto el responsable de la Dimensión para la Vida Consagrada de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) Julio César Salcedo Aquino, llamó a los religiosos y religiosas a “mantener viva la savia del Evangelio”.
A través de un comunicado, el también Obispo de Tlaxcala recordó a los consagrados que su “fidelidad a la causa del Evangelio es la prioridad de su misión”, e hizo votos para que la jornada “nos ayude a acoger el don de la Vida Consagrada en sus diversas formas y carismas… en medio de nuestra sociedad tan necesitada de la alegría del testimonio de la misericordia”.
Recordó que la jornada tiene como finalidad alabar al Señor y darle gracias por el don de la Vida Consagrada, que enriquece y alegra a la comunidad cristiana con la multiplicidad de sus carismas, promover en el pueblo de Dios su conocimiento y estima; y celebrar las maravillas que el Señor ha realizado en las personas consagradas.
Parte esencial de la Iglesia
En su mensaje, y citando al papa Francisco, explicó que la Iglesia particular “no respondería plenamente a lo que Jesús ha deseado para su Iglesia, si estuviera privada de la Vida Consagrada, la cual hace parte de su estructura esencial, de la misma manera que el laicado o que el ministerio ordenado”.
Asimismo, señaló que el Santo Padre ha recordado a los consagrados que su carisma y la catolicidad de la Vida Consagrada se “manifiestan también en el contexto de la Iglesia particular. Los consagrados no son un patrimonio encerrado, sino una faceta integrada en el cuerpo de la Iglesia, atraída hacia el centro, que es Cristo”.
Julio César Salcedo citó también algunos párrafos del Proyecto Global de Pastoral (PGP) 2031-2033 de la CEM, donde “agradece el don de la Vida Consagrada, la valora, la alienta y la impulsa a fin de que sus carismas colaboren en la edificación de la Iglesia”.
En ese sentido, refiere que el PGP agradece la presencia comprometida de mujeres y hombres que “llenos de celo apostólico proclamaron con valentía y creatividad la Buena Nueva en estas tierras… Valoramos la presencia y entrega sin reserva de tantos consagrados, que a lo largo de estos siglos han entregado sus vidas al servicio del evangelio”.