El estreno de la semana: ‘Judy’
Londres, invierno de 1968. Tres décadas después del estreno de ‘El mago de Oz’, su protagonista está a punto de emprender una gira de cinco semanas con las entradas ya agotadas. Judy Garland tiene por entonces 47 años, y su voz y sus fuerzas están un tanto mermadas.
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Mientras se prepara para subir al escenario, la que fuera leyenda de Hollywood se enfrenta a los fantasmas e inseguridades que la acompañaron en su juventud. Su accidentada estancia en la capital británica culmina con un quinto y último marido, y su muerte un año más tarde por una sobredosis de barbitúricos.
Renée Zellweger, candidata al Óscar por este papel, protagoniza un ‘biopic’ alejado de las clásicas ‘biografías río’ para centrarse en este episodio crepuscular de la estrella. No faltan, sin embargo, los habituales ‘flashbacks’ refrendando la idea central del filme: que aquel famoso musical que la encumbró fue también el origen de sus males.
La actriz, que huye de la imitación, aporta más emoción que voz a este drama dirigido por el teatral Rupert Goold. Un merecido homenaje a la mujer que no solo se convirtió en un icono gay de la cultura pop, sino en la inolvidable Dorothy para varias generaciones.
Todavía en cartelera: ‘Dolor y gloria’
Pedro Almodóvar echa la vista atrás para contarnos cómo aquel niño “novelero” de provincias llegaría a convertirse en reconocido cineasta. No sin renuncias, crisis y cicatrices. Esas que luce su ‘alter ego’ (un espléndido Antonio Banderas) mientras se debate entre volver a escribir y rodar o, simplemente, seguir viviendo… instalado en sus lamentos.
Este autorretrato sortea cualquier tentación intimista y nostálgica, a cuenta de sus orígenes rurales o del placer que le proporcionó descubrir aquel cine de verano de la infancia, para regalarnos estampas de una época que no entiende de fronteras físicas ni temporales.
El cromatismo marca de la casa ilustra las lecciones de dolor y gloria que prologan esa particular Semana Santa en la que podría concentrarse su vida familiar y profesional a lo largo de los años. Con referencias religiosas, siempre muy presentes, y las relaciones consigo mismo (con sus aflicciones y adicciones), con su entorno más cercano (especialmente, su madre) o el Madrid de los 80.
Todo un ejercicio de sinceridad, a modo de testamento, que constituye también una terapia personal contra el vértigo que produce envejecer. Una obra mayor, pero no maestra.
Ya en DVD: ‘Mientras dure la guerra’
Salamanca, 19 de julio de 1936. Se declara el estado de guerra en la ciudad y su más ilustre vecino, Miguel de Unamuno, decide apoyar esa sublevación que promete restablecer el orden en una España cada vez más convulsa. Mientras, el general Franco –secundado por la Legión de Millán-Astray– va sumando efectivos a la rebelión.
Alejandro Amenábar regresa a “casa” con este drama histórico en torno a un hombre apasionado y complejo, asaltado por las dudas y las contradicciones, pero que se resistió a ser recordado como un judas, cuando su único propósito fue conciliar voluntades para que el poder de la dialéctica se impusiera a la fuerza de las armas.
Aunque queda fuera de toda duda que el oscarizado cineasta no se sitúa a la misma distancia ideológica de Unamuno que de Franco, ello no le impide tratar de entender los argumentos y estrategias de ambos, con el fin de ser lo más ecuánime posible en un retrato de época dolorosamente actual.
De la mano del célebre intelectual del 98 (un sublime Karra Elejalde, al que tan solo Eduard Fernández osa hacerle sombra), esta honesta película alza la voz contra el olvido y/o la ignorancia de aquel tiempo de siniestras paradojas.