Desde la isla de Salahonda, en medio del pueblo afrocolombiano y cerca de Tumaco, uno de los municipios más afectados por la violencia del país, la presidenta de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de religiosas y religiosos (CLAR), Gloria Liliana Franco Echeverri, ha enviado un mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que se celebra el próximo domingo 2 de febrero.
“Tenemos muchos motivos para celebrar el día de la Vida Consagrada”, alienta la Hna. Gloria Liliana, recordando que la “misión sin tregua” a la que están convocadas las religiosas y los religiosos, no es ajena a las desafiantes realidades del continente y conlleva, necesariamente, a que “tenemos que revestirnos de esperanza“.
Clamores apremiantes de la realidad
“Las noticias que circulan en el mundo, no paran de evidenciarnos nuestra realidad, esa en la que el mensaje y el proyecto de Jesús es cada vez más necesario”, añade la religiosa, al tiempo que hace un repaso por algunas de estas ‘realidades acuciantes’ que interpelan a la vida consagrada:
“Vemos a los más pobres emigrar, desplazarse, porque algunos ‘poderosos’ han decidido que existen fronteras y no somos iguales; contemplamos a otros acorralados por la violencia, sumidos en la pobreza, sin recursos, sin oportunidades, ni esperanzas. Nos enfrentamos a sistemas políticos y económicos permeados por la corrupción y en los que el bien particular, prima sobre el bien común. Escuchamos el grito de la tierra, que impotente resiste, a la soberbia de quienes la acaban y envenenan…”
Ante la tentación a ser presa del miedo, el escepticismo, la desesperanza, o, incluso, a atrincherarse detrás de las pantallas con actitud pasiva, la CLAR invita a leer la realidad desde la fe y a “encontrar motivos para movilizarnos, organizarnos y solidarizarnos”, pues “los hechos son, sin duda, un lugar teológico y en ellos Dios nos narra el hacia dónde de su querer“.f
En este sentido, los religiosos del continente latinoamericano y caribeño reafirman que “nuestra vida tiene que estar al servicio de las víctimas, de los más afectados, de los pequeños, de los enfermos y los más solitarios… de aquellos que requieren su porción de esperanza y alegría“.
Testigos de esperanza
Esta actitud de ‘Iglesia en salida misionera’ deberá impactar la cotidianidad de las comunidades, incluso “dejar el sillón y la placidez de la pantalla“, para preguntarse por “el ‘más’ de nuestra entrega, en una realidad necesitada de testigos de esperanza, de mujeres y hombres que “quieran ir más allá, salir, pronunciar palabras que den vida, tener gestos que devuelvan la fe en el valor de la bondad y la ternura”.
De este modo, la presidenta de la CLAR insiste en la urgencia de “responder a esta coyuntura” a través de “la osadía que se aprende al lado de los más pobres” y que moviliza “a dar la vida con pasión evangélica“.
Desde esta mirada, el ejemplo inspirador de María, “la mujer atenta a la realidad y dispuesta al cuidado de los otros y de su entorno”, anima a seguir caminando “con consciencia eclesial, en sinodalidad y en un esfuerzo sostenido y esperanzado, por mantener la alegría”.
El mensaje concluye con el agradecimiento de la Presidencia de la CLAR “a las consagradas y consagrados que, con generosidad, entregan su vida en la geografía de América Latina y el Caribe”. “Que en Dios encontremos siempre el sentido y el gozo que centre nuestra existencia y nos conduzca a la ofrenda”.